El Museo Nacional del Prado presenta ‘Annibale Carracci. Los frescos de la capilla Herrera’. Esta exposición, que cuenta con el patrocinio de la Fundación Amigos del Museo del Prado y la colaboración del Ayuntamiento de Madrid, reúne hasta el 12 de junio, por primera vez desde 1833, un conjunto de pintura mural de excepcional importancia y que puede considerarse el gran desconocido del catálogo de Annibale Carracci: los frescos que se conservan de la capilla de la familia de Juan Enríquez de Herrera, en la iglesia de Santiago de los Españoles de Roma.

La reciente restauración de los siete frescos conservados en el Prado y la colaboración del Museu Nacional d’Art de Catalunya y la Gallerie Nazionali di Arte Antica Palazzo Barberini de Roma han permitido el estudio, conocimiento y puesta en valor del conjunto.

El extraordinario montaje de la exposición permitirá al visitante recorrer las diferentes alturas de la capilla y recrear su decoración. Comisariada en el Prado por Andrés Úbeda, director adjunto de Conservación del Museo, ya se ha abierto al público y llegará al MNAC, en julio, para finalizar su recorrido, en noviembre, en el Palazzo Barberini.

SAN DIEGO DE ALCALÁ

En los primeros años del siglo XVII, Annibale Carracci (Bolonia, 1560 – Roma, 1609) se comprometió con Juan Enríquez de Herrera a pintar al fresco la capilla de su familia en la iglesia de Santiago de los Españoles de Roma. Carracci ideó todo el conjunto y llegó a ejecutar algunos frescos antes de que en 1605 sufriera una grave enfermedad que le apartó del proyecto, delegando la ejecución de las pinturas en Francesco Albani.

A pesar de que se trata del encargo más importante recibido por Carracci en el final de su carrera, estos frescos, que reproducen escenas de la vida de san Diego de Alcalá, franciscano andaluz fallecido en 1463, son prácticamente desconocidos en su conjunto para el gran público debido, entre otras circunstancias, a su dispersión.

San Diego de Alcalá recibiendo limosna ANNIBALE CARRACCI y FRANCESCO ALBANI Pintura mural trasladada a lienzo, 126 x 222 cm 1604-5 Madrid, Museo Nacional del Prado