Polifacético como pocos, Manuel Jiménez lleva cuatro décadas formando deportistas desde el gimnasio que lleva su nombre y promocionando el nombre de Getafe a nivel nacional e internacional. Su currículum abarcaría la página entera, pero por resumir basta con señalar que a día de hoy es seleccionador nacional en la Federación Española de Lucha y jefe de entrenadores, además de ejercer como seleccionador madrileño de judo (categoría absoluta) y director del área de competición masculina. Por si fuera poco, también es profesor de judo en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, profesor de educación física y, como mencionábamos anteriormente, director y profesor del Gimnasio Manuel Jiménez de Getafe, inaugurado en 1982 y por el que han pasado muchas generaciones de deportistas

¿Tiene una idea aproximada de cuántos alumnos ha podido formar en todo este tiempo?
Ufff. Es que además del gimnasio que dirijo, y entre otras muchas cosas, he sido durante 18 años profesor de Educación Física en un instituto de Getafe. Yo vivo el deporte en todos sus aspectos, en la vida académica y en la deportiva y no me atrevo a hablar de cifras concretas. Son más de 40 años impartiendo judo, lucha y educación física, así que han sido muchos cientos de deportistas los que he tenido ocasión de formar.

¿Y con qué se queda de esta ingente labor formativa?
Tengo tantos buenos recuerdos que sería imposible esgrimirlos ahora, pero si tuviera que quedarme con algo sería con el cariño y la afectividad que me une con mis alumnos independientemente de los resultados. El otro día estaba hablando con una abuela que tendrá 85 años y que sigue acudiendo a recibir clases de mantenimiento al gimnasio, donde también están su hija y sus nietos practicando judo. Para mí no tiene precio ver juntas a esas tres generaciones. Mis alumnos saben que he aprendido de mis propios errores y los he podido reconocer y eso nos une a todos independientemente de los éxitos deportivos, que también los hemos tenido. Y Muchos.

¿Por ejemplo?
Pues sin necesidad de remontarnos en el tiempo, los más recientes llegaron como seleccionador nacional de lucha al conseguir sacar tres medallas en el Europeo. Y eso hacía veinte años que no se conseguía. De hecho, la Federación Internacional me dio la enhorabuena por el éxito. Y en judo pasa exactamente igual. Tenemos con nosotros deportistas como Iván Labrado que alcanzó las semifinales en el último campeonato de España y que apuntan muy alto de cara al futuro.

¿Qué beneficios reporta la práctica de modalidades como la lucha sambo o el judo?
Muchos y muy importantes. Lo mejor del judo y la lucha sambo son los enormes valores que transmiten y que son aplicables a la vida diaria. Por ejemplo, el esfuerzo, ya que aquí nadie te regala nada y creces en base a tus propios méritos. Pero es que también sirve para aprender a manejar frustraciones tras una derrota, algo que viene muy bien a la hora de encarar los estudios o cualquier situación adversa que se pueda dar. Y eso por no hablar de los saludables hábitos que preconiza.

¿Disponen de datos acerca del número de practicantes a día de hoy en la zona sur madrileña?
No dispongo de cifras específicas, pero estoy convencido de que la zona sur es posiblemente la que cuenta con más practicantes de toda la Comunidad. A nivel de toda la región, sí puedo decir que tenemos cerca de 2.000 licencias más que el año pasado en lo que respecta al judo. Y en lucha sambo está pasando prácticamente lo mismo. Cada año estamos mejorando la cantidad y el nivel de los participantes. Además, ambas disciplinas se trabajan en el Centro de Alto Rendimiento y con dos responsables muy involucrados, Ángel Luis Jiménez (presidente de la FML) y José Luis Valcárcel (presidente de la FMJ).

¿Cuáles serían los principales retos de cara al futuro?
En judo tenemos un objetivo muy ambicioso, que es acudir a los Juegos Olímpicos de Tokyo con Iván Labrado, uno de los mejores deportistas de su categoría. Y en lucha sambo ahora tenemos los II Juegos Olímpicos Europeos y Yaiza Jiménez logró un diploma olímpico en los primeros. Tenemos opciones de que vuelva a participar.Además, hay un campeonato de España y otro de Europa que se celebra en Asturias. La lucha sambo ha pasado el primer corte para ser deporte olímpico y sería algo fundamental que se consiguiera.

¿Se sienten bien tratados a nivel de ayudas por parte de las instituciones?
No. En ese apartado tengo que ser muy crítico. El deporte olímpico sí tiene bastante ayuda. Debo decir que Getafe sí ha concedido aportación económica a algún alumno mío pese a no practicar un deporte olímpico, pero luego a nivel nacional está el caso de mi hija Yaiza, que no tiene ningún tipo de ayuda. He hecho una reclamación al CSD porque ella es deportista de alto nivel, está intentando sacar una oposición y ni siquiera le sufragan los 200 euros de la matrícula para una academia. Tampoco tiene ninguna beca de la Comunidad porque la lucha sambo no es un deporte olímpico. Pero luego cuando suena el himno en una competición no nos preguntan si es un deporte olímpico o no y bien que presumen de ello.

«MIENTRAS TENGA ILUSIÓN, SEGUIRÉ EN LA BRECHA»

¿Se ve con cuerda para mucho rato después de tantos años de máxima exigencia?
El otro día hablaba con varios alumnos y me preguntaban qué haría si volviese a nacer. Y les dije que sería de nuevo profesor de judo y profesor de lucha. No me arrepiento de nada y me siento muy identificado con esta profesión. Cada día me siento más orgulloso y creo que me queda cuerda para rato. Mientras tenga ilusión seguiré en la brecha.

¿Y cuál es el secreto de un club como el Gimnasio Manuel Jiménez para llevar casi cuatro décadas de tarea formativa?
El éxito de tener un club como el nuestro es la calidad humana de todos sus componentes, pero luego a nivel profesional me siento muy orgulloso de mi equipo, donde figuran sobre todo Ricardo Albitos y mis hijos, Yeray y Yaiza, además de mi mujer, que lleva la secretaría y gestiona también la escuela. Tengo un equipo formidable al que le debo todo. Yo aquí he sido el señor de la limpieza, el relaciones públicas, el gerente, el profesor…todo lo que ha hecho falta para sacar adelante este proyecto durante tantos años.