El Ayuntamiento de Getafe informó el pasado jueves, 13 de julio, que la rotonda bajo la M-45, ubicada en el límite con el término municipal de Madrid y que da acceso al ‘Recinto Iberdrola Music’, no se cortaría más al tráfico para dar acceso a esta instalación, empezando por el concierto de Harry Styles, que se celebraba un día después: 14 de julio. De esta manera, no se podría realizar el acceso peatonal desde Getafe Norte al recinto de la actuación en Villaverde.

Así lo aprobaron en la Delegación del Gobierno en Madrid, con motivo del concierto para determinar el dispositivo de seguridad del multitudinario evento. Pero el plan hizo aguas y ante la avalancha de público, la Guardia Civil se vio obligada a cerrar al tráfico la rotonda y permitir el acceso.

“¿Para qué ha servido el plan de movilidad? Ponéis en peligro a todo el mundo”, cuestionaba la Asociación de Vecinos de Getafe Norte a la Delegación del Gobierno en Madrid, reprochando, asimismo, a José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso que se permita este recinto. “A ver si os dais cuenta que Getafe Norte y Marconi no tienen infraestructura para macrofestivales”.

Precisamente en la reunión antes de la actuación, se reconocía “la imposibilidad de cerrar la rotonda bajo la M-45 que une Getafe y Madrid, así como los accesos de la misma, cada fin de semana”, lo que motiva “quejas de Getafe por tráfico, aparcamientos y movilidad”. No obstante, las circunstancias obligaron a cortar la circulación.

Una vez concluido el show, el goteo incesante de taxis y VTCs colapsaron Getafe Norte, ante unos vecinos que denunciaron quedarse “encerrados” literalmente, afeando a las administraciones que permitan la cantidad de ruido y contaminación, cerca de sus casas. Y eso que el plan diseñado también contemplaba reducir el acceso a este tipo de vehículos. De hecho, el Ayuntamiento decía que “al menos con esta medida se reducirá una de esas molestias”.

Pero no fue así. De modo que, a partir de ahora y tras los últimos acontecimientos, los vecinos de Getafe Norte esperan que las administraciones responsables se tomen más en serio sus reivindicaciones y garanticen un equilibrio entre el ocio y la habitabilidad en el barrio.