El pasado 23 de septiembre, la alcaldesa de Arroyomolinos, Ana Millán, y el concejal de Seguridad, Andrés Navarro, defendían durante la Junta Local de Seguridad que el municipio era una localidad “segura”, con una de “las tasas de delincuencia en casco urbano más bajas de España”, decía Millán.

Sin embargo Arroyomolinos no es solo su caso urbano, y los datos del Ministerio del Interior contradicen a la regidora arroyomolinense y su número dos, ya que en el primer semestre de este 2021, la delincuencia en la localidad ha crecido un 38,2% en relación al periodo de enero a junio de 2020, siendo el municipio de más de 30.000 habitantes del sur de Madrid, donde más han aumentado porcentualmente las infracciones penales.

Destaca, sobre todo, el incremento del tráfico de drogas: con un 500% más, según datos de interior. Y eso a pesar de varias intervenciones policiales en menos de un mes, con respecto a esta tipología de delitos. Sobre todo entre menores.

A pesar de esta emergencia, ahora la alcaldesa y su Gobierno guardan un preocupante silencio.