Jesús España

El 21 de agosto cumplirá 40 años y Jesús España, ajeno al paso del tiempo, sigue codeándose con la elite del atletismo nacional e internacional. Es algo que lleva haciendo desde mediados de los noventa, ya fuera en 1.500, 3.000, 5.000 o 10.000 metros, y desde hace un par de años en maratón. Precisamente el próximo mes de agosto tiene previsto despedirse de la alta competición en el Europeo de Berlín, así que se antoja difícil imaginar mejor momento para disfrutar de las últimas zancadas a nivel profesional de un deportista excepcional. Hace unos días fue homenajeado por el Club Maratonianos de Leganés en el acto de presentación de la XIX Carrera Dos Leguas Fuente de la Chopera. Allí fue agasajado por sus muchos incondicionales y allí tuvimos ocasión de desgranar unos minutos de interesante charla con el valdemoreño.

¿Cuál es el secreto de la eterna juventud de Jesús España?
El secreto es que tuve la suerte de que con 11 años me inicié en una cosa que me apasionaba, que me encantaba y cuando uno hace algo que le gusta y que realmente siente y lo disfruta el tiempo no pasa. Tienes tus momentos peores con las lesiones y momentos mejores con los triunfos, pero al final la pasión y las ganas siempre están ahí y son el motor que me mueve.

¿Le queda cuerda para mucho?
Tengo planteado el Maratón de Sevilla como puente para clasificarme para el Europeo de agosto en Berlín, en el que quiero competir en mi último campeonato importante en maratón. Y luego haré atletismo de otra manera, pero ya el alto nivel se acabará para mí. Me sigo encontrando físicamente bien, aunque con algún achaque que otro. Me apetece hacer atletismo de otra manera y dedicarle más tiempo a mi familia. Quiero hacer otro tipo de vida que el atletismo de alto nivel no me permite.

¿Resultó muy complicado el salto a una disciplina tan exigente como el maratón?
Bueno, en su día ya me gustaba hacer los rodajes largos propios del maratón y por eso decidimos dar ese salto. Fue un salto arriesgado porque pasamos del 5.000 al maratón y es un cambio muy grande de superficie y de distancia. Juan -su entrenador- creyó en mí, entrenamos muy concienzudamente y en Berlín conseguimos la plaza para los Juegos. Por desgracia en Río no tuve mi día y perdí esa oportunidad, pero fue un salto exitoso.

¿Con qué momento se quedaría después de una trayectoria tan dilatada y exitosa?
Recuerdo sobre todo el Campeonato de Viena en 2002. Fui al Europeo de pista cubierta con pretensiones de hacerlo bien, pero ni mucho menos se me pasaba por la cabeza la idea de conseguir medalla. Al final me vine con una medalla al cuello y para mí fue un subidón. Me hizo dar un salto a nivel mental y empezar a creer más en mí mismo. Me vi luchando de tú a tú con los mejores y me di cuenta de que con trabajo podía conseguir grandes cosas. Y luego Goteborg fue la culminación de muchos años de trabajo y conseguí quedar campeón de Europa, que es una imagen que queda para el recuerdo.

¿Qué recomendaría a esos niños y niñas que dan sus primeros pasos en el mundo del atletismo y tienen dudas entre seguir o cambiarse a otro deporte?
Que hagan lo que les pida el cuerpo, que disfruten, que se dejen aconsejar y que luego tomen ellos su propia decisión. Si les gusta el atletismo, es un deporte que les va a traer muchas cosas positivas. Mi vida gira en torno al atletismo y todos los amigos los he conseguido gracias a este deporte. Si trabajan y le ponen ilusión conseguirán sus objetivos tarde o temprano.

Desde fuera da la sensación de que el mundo del atletismo y las carreras populares tiene un enorme semillero en la zona sur de Madrid…
Es cierto que Madrid capital se lleva la palma por número de participantes superando muchas veces los 10.000 participantes, y eso es algo que en ciudades como Valdemoro o Leganés resulta inviable, pero sí hay muchísima gente que practica atletismo. Hay una comunión muy grande en todos los pueblos de la zona sur con el atletismo, somos como una gran familia. Lo que hay que hacer es abogar por que la gente siga haciendo actividad física porque es un beneficio a todos los niveles. Ya el simple hecho de salir a correr es todo un éxito.

¿Le ha quedado algún sueño por cumplir a nivel deportivo?
Pues sí. Yo cuando era chaval no me planteaba ningún objetivo a nivel de resultados, pero luego cuando fui desarrollando mi carrera y consiguiendo títulos sí pensaba en ese oro olímpico como algo con lo que soñar, pero eso es para unos pocos elegidos y yo me tengo que conformar con mi Campeonato de Europa y algunos otros buenos resultados. Siempre me quedará esa espinita de no haber sido campeón olímpico, pero he tenido la suerte de estar en dos Juegos y debo estar muy satisfecho de mi carrera.

Ir a unos Juegos es el máximo objetivo de cualquier deportista y Jesús España ha tenido ocasión de estar presente en Pekín 2008 y Río 2016 ¿tanto marca participar en ellos?
Es una experiencia muy enriquecedora. Compartes tu vida con deportistas de otras pruebas durante un par de semanas. Ves por ahí a Rafa Nadal, a Gasol, gente que admiramos viéndoles por la tele y que crean una convivencia muy especial. En mi caso la relación con los Juegos ha sido de amor-odio porque en 2004 tuve una lesión muy grave y no pude ir cuando ya tenía la mínima. En 2012 me pasó lo mismo. Por suerte he podido ir a dos. En Pekín logre meterme en la final de 5.000 y en Río iba muy bien preparado en el maratón, pero no tuve mi día y perdí mi última oportunidad olímpica. Tengo el buen recuerdo de hacer acudido a dos Juegos y la espinita de no haber podido firmar una mejor actuación.