Sara Hernández Getafe

¡Ay del vecino que cree a pies juntillas lo que le dice un político! A veces es hasta romántico, ahora que dejamos San Valentín, ver la ingenuidad de ciertos votantes, que una y otra vez, inasequibles al desaliento, caen en la tentación de confiar en sus representantes. Otros, en cambio, lo hacen porque están en el ajo, forman parte del tinglado de esto que llamamos política, que no es otra cosa que aprovecharse de los ciudadanos, mantener caliente el culo en una silla pagada por todos.

Así llegamos a las elecciones. En Getafe, por ejemplo, en apenas tres meses, los getafenses tenemos una cita (veremos si romántica o no) con las urnas. De su resultado dependerán los próximos cuatro años de la ciudad. También de muchos paniaguados, que lejos del paraguas público, no tendrían futuro alguno. Tal es la mediocridad que impera a nivel municipal. Sobre todo en el Gobierno y, más concretamente, en la alcaldesa, la socialistas Sara Hernández, que ha debido pensar que los jóvenes, por eso de la inocencia juvenil, no saben de donde les viene el aire y a van a beber los vientos por el primero, o la primera, que les regale 50 euros.

Sara Hernández pone precio al voto de los jóvenes a tres meses de las elecciones. Dispara con pólvora del Rey, con el dinero de todos los vecinos: sin pudor, sin escrúpulos. Hasta 600.000 euros. ‘Sanchismo’ puro y duro

Ya decían las madres, sabias ellas, que no te vayas con desconocidos, chaval. Y mucho menos con quien dice que te va a dar 50 euros para gastártelos en el comercio de la ciudad. Sí, ese tejido al que cosen a impuestos, tardan hasta 18 meses en darle licencia de actividad u obra o le levantan las aceras en plena temporada de rebajas. Ahora que vienen las elecciones, la alcaldesa se acuerda de los jóvenes y los comerciantes. Qué casualidad, oiga.

Pero no, no es electoralista el pensar que ese cheque, pagado por todos los vecinos (hasta 600.000 euros, que se dice pronto), se destine a jóvenes de entre 18 y 22 años, es decir, en edad de votar. Algunos, la gran mayoría, por primera vez. Y hete aquí que la socialista Sara Hernández cree que los púberes getafenses van a votarle por 50 cochinos y míseros euros, como si todos vendieran su alma al diablo, cual vulgares Judas, por 30 monedas de plata. Y ojo, que Judas es crucial en la historia, pues como el malo de toda película, juega un papel esencial para entender al bueno. Pero no desvariemos, pues es harina de otro costal.

El caso es que la alcaldesa de Getafe, a día de hoy, pone precio al voto joven. Dispara con pólvora del Rey, con el dinero de todos los vecinos, sin pudor, sin escrúpulos. A nadie le debería sorprender, salvo a los ingenuos y quienes, insistimos, están en el ajo. Es ‘Sanchismo’ puro y duro.

Ahora Sara Hernández y el PSOE de Getafe suman la desvergüenza electoralista al extenso capítulo de hipocresía, como ‘solo estaremos dos legislaturas’, código ético mediante; ya no denuncio las averías del Cercanías que sí hacía en 2018; o amplio el vertedero contra el que me manifestaba. Por fortuna, Getafe no es tonta ni se deja embaucar por los cantos de sirena de una regidora, en tiempo de descuento.