ALCORCÓN| Esmasa presenta un presupuesto que son las ‘cuentas del Gran Capitán’

La empresa Esmasa ha presentado el Plan de Actualización, Inversión y Financiación, con un presupuesto para 2025 que se eleva a 40 millones de euros, más del doble que en 2019

En 2019, cuando la izquierda recuperó el Gobierno de Alcorcón y Natalia de Andrés se instaló en el despacho de alcaldía, Esmasa costaba a los vecinos menos de 20 millones de euros. Cinco años después la empresa municipal ha aprobado un presupuesto de 40 millones, más del doble. Y a esa cantidad el ‘tasazo de la basura’ que irá íntegramente a Esmasa.

Pero ni el municipio está el doble de limpio ni la empresa ha mejorado el servicio en un 100%. Parece más bien que las dos alcaldesas socialistas, la que ha gobernado y la que gobierna, Natalia de Andrés y Candelaria Testa, han tenido que pagar a precio de oro el apoyo de Ganar Alcorcón, financiando a mansalva el pequeño reino que fue primero de Jesús y en el que hoy reina Raquel Rodríguez.

Nuevos camiones adquiridos por Esmasa para la recogida de basura

En estos cinco años y medio, Esmasa ha acometido proyectos que han supuesto un incremento nada desdeñable de la inversión que no siempre se han visto refrendados por la mejora del servicio.

Es el caso, por ejemplo, de la sustitución de las ‘islas ecológicas’ por contenedores en la vía pública.

Dichas ‘islas ecológicas’ fueron el triste ejemplo de un disparate que, revestido de avance en la protección del medio ambiente, acabó siendo una ruina económica para muchas administraciones locales y una ruina medioambiental.

La Coruña, Granada o Almería, y también Alcorcón, se encuentran entre las ciudades que, a finales de la primera década del siglo XXI, se empeñaron en instalar contendores de basura soterrados bajo la falsa excusa de que eran un avance en la mejora medioambiental del paisaje urbano.

Estas islas solo tenían de ecológicas el nombre. Fosos sin drenaje o con un drenaje muy deficiente. Contenedores enormes difíciles de manejar y con un mantenimiento costoso y delicado. Camiones cuya adaptación resultaba cara y problemática. Operarios con poca preparación.

La instalación de estas islas, eso sí, suponían una importante inversión para la construcción de fosos, la compra de contenedores y la adaptación de los camiones. Y esa inversión fue aprovechada por empresas que hicieron un negocio redondo en cualquier caso.

En resumen, un proyecto caro y fallido que acabó con su desinstalación y la colocación de los contenedores de toda la vida.

Pero no es el único caso de dispendio inútil. Es el caso también de las máquinas quitanieves, compradas en su día para actuar en situaciones climáticas adversas y que jamás se han utilizado.

En la actualidad duermen el sueño de los justos en una de las naves de la empresa sin haber sido nunca utilizadas y sin que hayan recibido mantenimiento alguno, por lo que hoy serían prácticamente inútiles.

Contenedores de basura

Las incoherencias en la recogida del residuo orgánico
Según datos de Esmasa, la ciudad de Alcorcón produce 60.000 toneladas de basura de las que aproximadamente 27.000 son residuos orgánicos, el 45%.

La empresa tiene desplegados 161 contenedores para este tipo de residuos que se recoge dos veces por semana. Si toda esa basura se recogiera en esos cubos, cada uno recibiría de media, medio kilo de basura al día.

Pero es que, además, para complicar más las cosas, el vecino no puede dejar la basura orgánica en estos contenedores si antes no se identifica en Esmasa y recibe una tarjeta que le permita abrirlo.

Es para asegurarse de que ese vecino sabe distinguir bien tales residuos, pero lo cierto es que apenas 2.000 alcorconeros tienen esa tarjeta y el orgánico sigue cayendo en cualquier otro cubo.

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