La alcaldesa del PSOE se apaga y Getafe se encuentra cada vez más deteriorado

La ciudad de Getafe ha caído en la oscuridad ante la falta de alumbrado público en muchos de sus barrios

Si algo está claro en Getafe, es que, bajo la gestión de Sara Hernández, la ciudad no solo ha perdido brillo, sino que parece caminar decidida hacia la oscuridad. Literalmente. Y no se trata solo de la falta de ideas ni de la inacción del gobierno local, sino de la falta de luz en las calles.

Los vecinos ya no solo se quejan de los baches, los descampados abandonados o los puentes rotos, sino que también deben lidiar con la inseguridad que genera un alumbrado público que no funciona. De hecho, varios vecinos, a través de redes sociales, y vídeos difundidos por la oposición de Getafe han evidenciado lo que muchos ya sabían: la “Ruta de la Oscuridad” es la nueva bandera de la alcaldesa socialista.

La ciudad, que una vez fue un ejemplo en el sur de Madrid, ahora está a merced de una administración que parece ignorar las necesidades más básicas de sus habitantes.

Los populares han publicado numerosos tuits denunciando la pésima gestión del alumbrado público, mostrando cómo las calles de barrios como Kelvinator, Sector 3 y Buenavista se quedan en la penumbra durante horas, especialmente ahora que oscurece tan pronto, creando un ambiente propenso a la inseguridad.

En pleno siglo XXI, Getafe sigue teniendo calles oscuras, y no estamos hablando solo de unos minutos de apagón. Las farolas llevan apagadas varias noches seguidas, y si a esto le sumamos los semáforos que tampoco funcionan, apaga y vámonos.

Ni una luz de esperanza

El líder de la oposición en la ciudad, Antonio José Mesa, ha señalado varias veces estos apagones, inaceptable en cualquier época del año, pero quizá más en las recientes celebraciones navideñas.

“La ruta de la oscuridad de Sara Hernández” ha sido el término utilizado para describir esta falta de compromiso con lo más elemental de una ciudad moderna. Las imágenes de calles sumidas en la oscuridad han invadido las redes, y las quejas de los vecinos, hartos, no hacen más que confirmar la gravedad de la situación.

En un municipio que debería ser referencia, el simple hecho de pasear por las calles de Getafe se ha convertido en un ejercicio de supervivencia.

Lo que más sorprende es que, a pesar de las denuncias continuas y los vídeos que dejan en evidencia la negligencia del Ayuntamiento, la respuesta de la alcaldesa Sara Hernández es casi nula. En lugar de reconocer el problema y tomar cartas en el asunto, la respuesta es el vacío. Un escenario que recuerda una vez más que Sara Hernández, más que una alcaldesa, parece una figura ausente que mira hacia otro lado mientras su ciudad se desmorona poco a poco.

La continuidad de una gestión desastrosa

Pero la falta de alumbrado público no es el único ejemplo de la desidia de este gobierno local. En varias ocasiones ya hemos detallado el deplorable estado en el que se encuentran otras áreas de la ciudad. Hace unas semanas, exponíamos el estado del asfaltado en Getafe y la descomposición de numerosos descampados. Calles deterioradas, aceras intransitables, puentes que se caen a pedazos y espacios públicos convertidos en vertederos son solo algunas de las quejas constantes que llegan a nuestra redacción.

Un descampado en mal estado en Getafe

El panorama de Getafe se ha convertido en un cúmulo de promesas rotas y proyectos abandonados. La alcaldesa no ha mostrado ningún interés real en mejorar la ciudad y ha centrado su agenda en cuestiones más mediáticas, pero poco eficaces. Mientras tanto, los vecinos viven una realidad bien distinta. Las calles se inundan cada vez que llueve, los baches provocan daños en los vehículos y las aceras se convierten en trampas.

La falta de alumbrado público es solo un capítulo más en el libro de la dejadez del gobierno socialista en Getafe. Un gobierno que sigue sin dar respuestas claras, que parece más preocupado por la propaganda que por resolver los problemas que realmente afectan a los vecinos. Getafe no merece ser una ciudad en la que la oscuridad, tanto literal como política, se haya instalado de manera permanente.

Y mientras Sara Hernández siga mirando hacia otro lado, los problemas de la ciudad seguirán creciendo, dejando a Getafe en una peligrosa oscuridad, donde cada vez es más difícil ver la salida.

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