¡SOS Getafe! Una ciudad abandonada por su propio Gobierno
Si algo define la situación actual de Getafe es la desidia. El municipio, que siempre ha sido un orgullo dentro del engranaje del sur de Madrid, se ha convertido hoy en el vivo ejemplo de lo que es y lo que fue. Es lo que ocurre cuando hay un gobierno local que mira hacia otro lado cuando el pueblo le reclama.
En Al Cabo de la Calle ya hemos perdido la cuenta de las quejas que llegan cada día sobre el estado de la ciudad.
No hace falta más que pasear por sus calles para percatarse de ello: baldosas rotas que esperan turno para convertirse en trampas, puentes que desafían la gravedad con soluciones «creativas», papeleras tiradas, paredes pintadas, árboles que amenazan con venirse abajo, zonas sin luz, descampados en estado de abandono y un sinfín más de ejemplos. Tampoco sabríamos decir cuántos artículos hemos publicado en nombre de los vecinos y dirigidos hacia la alcaldesa de la ciudad, Sara Hernández.
La alcaldesa, que lleva ya tiempo al frente del Ayuntamiento, parece haber adoptado la estrategia del avestruz: meter la cabeza en el suelo y confiar en que los problemas desaparezcan solos. Pero la realidad, como las planchas metálicas del puente de la calle Terradas, no deja de caer.
El puente de la vergüenza
Empecemos por el caso más sangrante. El puente que cruza la A-42 desde el barrio de El Rosón hasta El Bercial se ha convertido en un monumento al abandono institucional. Hace tiempo que dejó de ser una estructura funcional para transformarse en una ruina colgante. Y cuando decimos colgante, lo decimos literalmente: varias planchas metálicas que lo recubren han terminado desplomándose, causando daños materiales e instalando el miedo entre los vecinos.
Un camión estacionado en las inmediaciones fue perforado por uno de estos desprendimientos hace unos meses, y, más recientemente, una vecina estuvo a punto de sufrir un accidente cuando una de estas placas cayó a escasos metros de ella. ¿La solución del Ayuntamiento? Ya lo hemos comentado en anteriores ediciones: sujetar las planchas restantes con cinta adhesiva. Sí, cinta adhesiva.
Calles para valientes
Si el puente es un peligro en las alturas, las calles de Getafe no se quedan atrás a nivel de suelo. Especialmente la calle Madrid, una de las arterias principales del municipio, que se ha convertido en una suerte de «gincana» urbana. Adoquines levantados, baldosas sueltas y socavones inesperados jalonan un recorrido que resulta especialmente peligroso para las personas mayores o con movilidad reducida.
El caso de una mujer de 80 años, que cayó de bruces por culpa de un adoquín desplazado, es solo uno de los muchos que se repiten semana tras semana. En el hospital, los sanitarios confirman que estas caídas no son raras, sino habituales. Mientras tanto, los familiares de las víctimas recurren a denunciar porque, como señala la afectada, «esto no puede seguir así».
Ni siquiera los vehículos se libran. Calles como la de Ferrocarril, una de las más transitadas, presentan un firme en estado tan deplorable que los coches parecen competir en una especie de rally de baches. Este descuido no solo afecta a la estética de la ciudad, sino también a los bolsillos de los ciudadanos, que deben reparar suspensiones y neumáticos más a menudo de lo deseable.
El clamor vecinal
Ante este panorama, no es de extrañar que los vecinos se hayan hartado. La oposición, encabezada por el Partido Popular, ha tomado la iniciativa en redes sociales, compartiendo imágenes de calles descuidadas, papeleras caídas y pintadas. En una de sus publicaciones en X (antes Twitter), resumieron la situación con una frase contundente: «Nunca Getafe estuvo tan descuidado y tan falto de mantenimiento».
Nunca Getafe estuvo tan descuidado y tan falto de mantenimiento.
Así se ven nuestras calles: cuando una imagen vale más que mil palabras. pic.twitter.com/CoDp3C0i5k
— PP Getafe (@ppgetafe) December 4, 2024
Y no les falta razón. El mal estado de las infraestructuras municipales no es una cuestión estética, sino una señal alarmante de un problema estructural en la gestión del Ayuntamiento. Porque aquí no hablamos de falta de recursos, sino de falta de prioridades.
Es imposible no preguntarse hasta cuándo se va a permitir esta dejadez. ¿Qué tiene que pasar para que el gobierno municipal actúe? Los vecinos ya no quieren escuchar discursos vacíos; quieren soluciones reales.
Es una llamada de emergencia. Getafe necesita algo más que parches. Necesita un gobierno que se preocupe, que priorice la seguridad y el bienestar de sus vecinos y que, por una vez, demuestre que está a la altura de la ciudad que representa. Debe hacerlo antes de que sea tarde.