El abandono de la política municipal es ya insoportable
Llevamos tiempo señalando desde este medio desperfectos en las infraestructuras del municipio sin recibir respuesta alguna por parte del Ayuntamiento
Se lleva denunciando años. Repetimos. Años. El estado en el que se encuentran muchas de las infraestructuras de esta ciudad es poco menos que lamentable. Pero más lamentable es la dejadez total con la que el gobierno de Sara Hernández responde a las quejas.
En varias ocasiones, nos hemos hecho eco desde Al Cabo de la Calle sobre el estado ruinoso del puente que cruza la A-42 en la calle Terradas y que conecta la zona de El Rosón con el barrio de El Bercial. No obstante, la respuesta del gobierno de Sara Hernández, cuando no ha sido el silencio, parece haberse reducido a algo tan chapucero como amarrar la chapa metálica en riesgo de caerse con una fina cinta, que como es evidente no ha evitado, ni evitará, los sustos que ya se han producido.
Es, a todas luces, una irresponsabilidad política. Se trata de un puente que cada día que pasa se convierte en un riesgo mayor para la seguridad de las personas. De hecho, hace apenas una semanas, un trozo de la plancha de metal que recorre el puente se desplomaba sin previo aviso desde la cornisa, no dando por muy poco a una vecina que se disponía a salir de su coche.
Y no, no se trata de un caso puntual. Recordemos como, en marzo de este mismo año, otra plancha se desprendió perforando la lona de un camión estacionado. Por tanto, cabe preguntarse hasta cuando van a tener que aguantar los vecinos y vecinas del barrio andar entre escombros, solares abandonados, pavimentos levantados y puentes inseguros. Porque no estamos hablando de un problema estético, sino de un peligro potencialmente letal.
No es una simple falta de recursos, sino de prioridades claras y visibles. Resulta paradójico ver cómo se destinan fondos para otros asuntos de menor relevancia, pero los temas esenciales parecen quedar relegados a un segundo plano. La situación actual del puente de la calle Terradas es un monumento a la dejadez, uno de esos problemas que el Ayuntamiento de Getafe intenta parchear y olvidar, como si ignorar los problemas hiciera que desaparecieran por arte de magia.
En 2019, la Policía Local tuvo que cortar el tráfico al desplomarse parte de la cornisa
Las soluciones que proponen, como el amarre provisional, de una estructura corroída, no son más que meros intentos de salir del paso. Se trata de un problema que exige una intervención real y comprometida para que los ciudadanos de Getafe recuperen la confianza en que su Ayuntamiento se preocupa verdaderamente por su seguridad.
Es hora de que el Ayuntamiento de Getafe tome nota. Esto no es una cuestión de ideologías ni de colores, sino de responsabilidad y de respeto hacia la ciudadanía. Los vecinos de Getafe ya han aguantado suficiente. La paciencia tiene un límite y la seguridad de nuestros vecinos no es negociable.