Ya decía Benjamin Franklin que: “En este mundo no se puede estar seguro de nada, salvo de la muerte y los impuestos”. Para bien o para mal, los dos axiomas se han colado en la campaña electoral de 4 de mayo en la Comunidad de Madrid. Y curiosamente, desde las filas socialistas.

La muerte porque por sorpresa, en un corrillo con periodistas durante su visita a Angola, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se descolgaba poniendo en duda los datos de Madrid acerca de la pandemia. Un extremo que el lunes Fernando Simón desmentía, en un volantazo que pocos se esperaban. Y los impuestos… Bueno, los impuestos siempre han estado ahí.

Ya advertimos en estas mismas líneas hace un par de números, que las elecciones del 4M en la región habían cogido con el paso cambiado al partido mayoritario, el PSOE, que buscaba sustituto a su actual candidato: Ángel Gabilondo. El perfil de “soso” y “moderado” de quien se postulaba como Defensor del Pueblo no casa con ese Nerón que es Pedro Sánchez. Y otra vez se ha demostrado con el tema fiscal.

Desde que se convocaron los comicios, Gabilondo, con un discurso monacal, ha ido de plató en plató de televisión diciendo que él tocará los impuestos en la región si es presidente, pese a que a principios de este año ya había llevado a la Asamblea una propuesta de aumentar la presión fiscal junto a Más Madrid en más de 3.000 millones de euros. Pero como decíamos, las elecciones pillaban con el paso cambiado y había que cambiar el discurso sí o sí.

Sin embargo Nerón Sánchez, presidente capaz de hacer arder hasta su propio partido para demostrar que el que manda es él, este mismo martes ponía el último clavo que enterraba la credibilidad del ‘pobre’ Gabilondo. Antes lo había hecho la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunciado para el 2022 ese eufemismo de la armonización fiscal. Pero el golpe definitivo tenía que asestarlo su ‘Sanchísima’.

El presidente del Gobierno desacredita a Gabilondo y no niega la subida de impuestos que anunciaba este lunes la ministra de Hacienda

Y así, como decimos, este 13 de abril el jefe del Ejecutivo no negaba la intención de subir los impuestos que adelantó Montero, alegando que el Ejecutivo tiene que amoldarse a los intereses de todas las comunidades autónomas. Ahora bien, para ridiculizar más aún al candidato socialista, Sánchez decía “comprender la promesa de Ángel Gabilondo en su autonomía”, en tanto que aspirante a presidir Madrid.

Caretas fuera, que se suele decir. Ahora el eslogan de campaña podría ser ‘saqueo o libertad’. Los madrileños que introduzcan en las urnas las papeletas del PSOE, desgraciadamente, sabrán que no van a favorecer a Gabilondo el ‘soso’, sino a un Pedro Sánchez que necesita meter la mano en el bolsillo del contribuyente para continuar con ese proyecto faraónico y fastuoso de una cohorte ilimitada de asesores y veintitrés ministerios.

Sánchez sabe que viene Europa con las tijeras. Si quiere la ayuda comunitaria tendrá que hacer ajustes a un país al borde de la quiebra técnica. Con una deuda que representa más de 117% del PIB anual. Pero como decimos, su ‘Sanchísima’ no está dispuesto a renunciar a los placeres del poder, y hará recaer todo el peso de los recortes sobre las maltrechas espaldas de los españoles (y sobre todo, madrileños).

La pinza fiscal de Sánchez y Montero ha dejado KO a Gabilondo, y esto ni siquiera había empezado. Los impuestos suponen la muerte política del candidato socialista a la Presidencia de Madrid, al que ya se da por amortizado. Pero eso al presidente del Gobierno le da igual, como el mazazo que vendrá de Europa próximamente.