ULEG

No es la primera vez que utilizamos estas líneas para traer a colación el pensamiento de Robert Louis Balfour Stevenson, novelista, poeta y ensayista escocés del siglo XIX cuya vasta obra dejó como legado títulos tan representativos como La isla del tesoro; Secuestrado; o El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde. Tres novelas que bien podrían servir para definir y explicar el bagaje de Unión por Leganés (ULEG) en la ciudad.

ULEG llegó a la política pepinera por vez primera en las elecciones municipales de 2003, pero no consiguió ‘rascar bola’ hasta 2007, cuando obtuvo acta de concejal su líder Carlos Delgado. Llegó así a su codiciada ‘Isla del tesoro’ que es el salón de Plenos de Leganés, donde se encuentra la soberanía popular de los leganenses.

Así que desde 2007 para acá, el invento del partido Unión por Leganés ha servido para recaudar 2,5 millones de euros de los vecinos

Desde entonces, el ascenso del partido unionista y su cabeza visible ha sido evidente. Y no solo en actas de concejal, sino también en dinero líquido, ya que desde que es edil -siempre en la oposición y sin ninguna responsabilidad de Gobierno- Delgado ha sumado la nada despreciable cifra de 700.000 euros del bolsillo de todos los vecinos -60.000 al año esta legislatura-. Insistimos, sin ningún cargo de responsabilidad hasta la fecha.

Y con él, el resto de su partido. Un chiringuito financiero donde su segundo, Ricardo López, siempre le ha hecho el caldo gordo a Carlos Delgado a cambio de un buen jornal. Fiel escudero al igual que ahora Carlos Aranzana, otro histórico del partido, que va comiendo terreno dentro del grupo. Mientras, el resto de ediles sigue comiendo de la sopa boba.

Y qué decir del concejal Antonio Almagro, ese que cobra 40.000 euros de los vecinos de Leganés por una dedicación parcial del 80% mientras mantiene otro trabajo a tiempo completo en una empresa ferroviaria. Situación que ha llevado a la comisión de investigación del conocido como ‘caso Almagro’. Desde aquí un tironcito de orejas a Rubén Bejarano para que convoque la segunda reunión de la comisión.

Ya dijo Abraham Lincoln que “se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”

Así que desde 2007 para acá, el invento de partido ha servido para recaudar 2,5 millones de euros. Un tesoro a base de ‘secuestrar’ y hacer imposible la labor de alcaldes como Rafael Gómez Montoya, Jesús Gómez o, actualmente, Santiago Llorente. Ya decía Stevenson que “la política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación”, y eso se puede ver en los concejales de ULEG, dedicados a la oposición eterna, sin ganas de gobernar pero obstaculizando al resto de partidos. Y todo a base de insultos e infamias del ya conocido sicofanta de Leganés y sus esbirros.

Porque pese a que Carlos Delgado sufre El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, de tender la mano para aprobar un presupuesto y por la espalda vilipendiar al alcalde de turno, los vecinos ya le han cogido la matrícula y empiezan a conocer al siniestro personaje detrás de una sonrisa farisea. Porque como decía Abraham Lincoln: “se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”.