AD Alcorcón

Hace ahora dos semanas el proyecto 17/18 del Alcorcón olía seriamente a chamusquina. La nave alfarera, que había firmado una espléndida puesta en escena (8 puntos de 12 posibles en las cuatro primeras jornadas con el mérito añadido de no encajar un solo gol), perdió el rumbo de la noche a la mañana y cinco derrotas consecutivas (14 goles en contra por uno a favor) dejaron el navío prácticamente a la deriva cuando el calendario apenas había desgranado la cuarta parte de sus fechas.

La crisis de resultados amenazaba con llevarse por delante al timonel, léase Julio Velázquez, pero el club decidió que el temporal debía seguir capeándolo el mismo oficial al mando. “Es un bache del que vamos a salir seguro. Creemos completamente en el proyecto y lo que tenemos que hacer ahora es estar tranquilos”, recalcaba el presidente de la entidad, Ignacio Legido, en declaraciones a este medio. Una decisión como mínimo arriesgada teniendo en cuenta el lógico estado depresivo del entorno y la acuciante exigencia de responsabilidades.

Pero el tiempo parece haber dado la razón a su prudencia porque el Alcorcón ha resurgido cual ‘ave fénix’ a partir del mensaje presidencial. La primera prueba de fuego fue la visita a Tarragona, que se saldó con un inapelable 0-3 y que sirvió sin duda de acicate para lo ocurrido el pasado domingo, cuando el colectivo alcorconero pasó literalmente por encima del Oviedo imponiéndose por 2-0. La consecuencia de este doble éxito es que se ha instalado en la zona media de la tabla abriendo una brecha de 4 puntos respecto a la frontera del descenso.

VELÁZQUEZ RESPIRA

Otra de las secuelas de la recuperación amarilla tiene que ver con la rehabilitación, al menos temporal, de la figura de Julio Velázquez, que ve alejarse la sombra de la destitución. El técnico salmantino no escondía a la conclusión del duelo ante el Oviedo que “tuvimos una racha muy mala de juego y de sensaciones”, pero destacaba que “gracias a Dios el equipo se ha sabido rearmar. Competimos fenomenalmente en Tarragona y frente al Oviedo hemos vuelto a ser un equipo reconocible”.

La fulgurante -y también porqué no decirlo inesperada- reacción de las dos últimas jornadas ha tenido mucho que ver, a juicio de Velázquez, con la incondicional predisposición del colectivo, “que ha convivido con normalidad en situaciones muy adversas. Este grupo es maravilloso”, ensalzaba, “y ha tenido una actitud formidable pese a que no era fácil. Ha mantenido una normalidad digna de elogio y todos han remado en la misma dirección”.

El retorno a la senda de las victorias también ha cambiado el ánimo de la tropa, que vuelve a desprender un evidente optimismo. Así lo dejaba entrever Álvaro Giménez, autor del primer tanto ante el Oviedo, al declararse “muy feliz por el gol, pero sobre todo por el triunfo y la imagen que ha ofrecido el equipo”, sin olvidar un mensaje de agradecimiento a la hinchada alfarera “porque menudo ambientazo ha habido en Santo Domingo”.

La plantilla respira, pues, aliviada a sabiendas de que ha superado un momento tremendamente complicado. Pero también es consciente de que dada la igualdad existente en la categoría de plata cualquier exceso de confianza a estas alturas podrían volver a pagarlo muy caro.