servicio grua getafe

El Ayuntamiento de Getafe gobernado por Sara Hernández es experto en unir a la oposición y sindicatos frente a su gestión. Y la última muestra de ello han sido las críticas al cambio de gestión del servicio de grúa.

Se veía venir pero, sorprendentemente, al Ejecutivo de Hernández le ha pillado el toro, como se suele decir en el refranero popular. Y eso que la alcaldesa y su gabinete no son muy taurinos que digamos. Pero los hechos son que desde el año 2013, este servicio venía siendo gestionado por una empresa privada. Bien ejecutado por otro lado. Sin embargo, el contrato terminaba a finales de diciembre de este año. Se sabía con antelación. Pero nadie en el equipo de Gobierno ha sabido -o no ha querido- adelantarse a los hechos que estaban por llegar. La casa sin barrer y el servicio y la grúa que no llegan.

Ni Policía Local, ni usuarios, ni nadie sabían del cambio de gestión. Y a finales de 2017 se encuentran con que, cuando se avisa a la grúa para que cumpla su cometido de retirar un vehículo mal estacionado, por ejemplo, esta tarde una hora o más en llegar. Se avecina el caos y nadie hace nada.

El primero en denunciarlo fue el sindicato CSIT, que se encontró con la respuesta del Ayuntamiento y la intención de municipalizar el servicio. Pero mientras esto pasa, se hace un chapucero contrato con otra empresa del que se desconoce condición alguna. Empieza el año y otra vez, cuando se avisa a la grúa, otra hora de espera porque se encuentra en otra ciudad vecina o vaya a saber dónde.

Los partidos de la oposición, PP Y Ciudadanos fundamentalmente, se hacen eco de este esperpento que va creciendo cuál bola de nieve. Se insiste desde el Consistorio en la municipalización del servicio, que gestionará LYMA. Pero la empresa municipal no contempla en sus estatutos dicha encomienda. Así que, deprisa y corriendo, se reúne de urgencia el consejo para modificarlos, solo con el voto a favor del PSOE y a la espera del refrendo del Pleno. Que ese será otro cantar. Habemus lío.

Mientras tanto, la grúa, con nuevo “contrato puente”, sigue tardando horas en llegar. La paciencia del vecino llega a límites insospechados, pero ahí sigue. Y hete aquí que LYMA sacaba en octubre la licitación por 72.000 de un contrato de renting de grúa. ¿Por qué, si no tenía competencia hasta la reunión extraordinaria del consejo a finales de diciembre y todavía falta el visto bueno del Pleno? Pregunta oportuna que ya le han trasladado al Ejecutivo local. A espera de respuesta.

Seguramente querido lector, también se ha percatado del embrollo y la anarquía en que se ha sumergido al servicio de grúa por falta de previsión. Los hechos narrados son ejemplo claro de tal batiburrillo que le perjudica, como siempre, a usted. Pues ese lioso enredo es una mancha más en el expediente del actual Gobierno de Sara Hernández. Un capítulo más de la casa de Tócame Roque que es hoy el Ayuntamiento de Getafe.