La reacción del Alcorcón ha llegado desde la defensa. El cambio de sistema dibujado por Julio Velázquez en los dos últimos compromisos se ha traducido en otros tantos triunfos ante Oviedo (0-1) y Rayo Vallecano (2-0) que se han significado por el excelente trabajo de la retaguardia alfarera. No en vano, Dmitrovic ha mantenido la portería a cero en una situación verdaderamente límite.

El brusco golpe de timón efectuado por el técnico se tradujo en un cambio de sistema al introducir una defensa de tres centrales (Owona, Navarro y Elgezabal) y dos carrileros (Nelson y Bellvis) en lugar de la zaga de cuatro que venía actuando. Los efectos han sido perceptibles y esta novedosa ‘pared amarilla’ ha impedido con su creciente solidez que siguieran volando puntos del casillero alfarero.

“El equipo está teniendo un comportamiento excepcional a nivel defensivo”, señalaba Velázquez a la conclusión del encuentro del pasado sábado haciendo especial hincapié “en el compromiso, la actitud, la solidaridad, la entrega y unos niveles de concentración altísimos”, lo que permitió “aprovechar luego las ocasiones y los espacios que hemos tenido”.

Las últimas decisiones adoptadas por el salmantino no han estado exentas de riesgos, ya que al significativo cambio efectuado en el dispositivo defensivo se ha unido la salida de la circulación de dos jugadores referentes del proyecto como Óscar Plano y David Rodríguez, que no han disputado un solo minuto en estos dos últimos compromisos. Sin embargo, y como quiera que los resultados han acompañado, tan atrevida determinación apenas ha generado debate.

Lo importante es que, números en mano, con estas dos victorias consecutivas el Alcorcón iguala su mejor racha de la temporada, ya que el único precedente similar data de finales del pasado mes de enero, cuando el conjunto alfarero se impuso consecutivamente a Huesca (0-1) y Levante (2-0). Estos seis puntos suponen un balsámico elixir para los de Velázquez, que por lo pronto abandonan los puestos de descenso y pasan a depender de sí mismos en los cuatro compromisos que restan para que concluya el curso, una situación impensable hace apenas dos semanas.