‘El taller de Rubens’, una visita al espacio de trabajo del gran maestro del Barroco

El Museo del Prado, en colaboración con la Comunidad de Madrid, acoge hasta el próximo 16 de febrero una exposición muy especial: “El Taller de Rubens”, una visita al espacio de trabajo de Pedro Pablo Rubens, uno de los maestro más prolíficos y exitosos de la Edad Moderna.

El objetivo de la exposición, en la sala 16 B del edificio Villanueva, está compuesta por más de 30 obras que incluyen pinturas realizadas por el maestro, otras pintadas por sus ayudantes y otras, resultado en diferentes grados de la colaboración entre estos y aquel.

Saturno devorando a su hijo

La muestra, comisariada por Alejandro Vergara, jefe de Conservación del Área de Pintura flamenca y escuelas del norte; quiere mostrar cómo los pintores europeos trabajaban en sus talleres (‘obradores’ se llamaban entonces) junto a sus colaboradores.

Los visitantes pueden sumergirse en el taller del maestro gracias a una recreación de aquella instalación en la que se han reunido utensilios, materiales, muebles y otros objetos característicos del oficio de pintor, tales como pinceles, paletas, telas, tablas, caballetes o tientos.

Y, junto a ellos, algunos elementos que evocan a la persona de Rubens, como una capa y un sombrero realizado por la sombrerera Ana Lamata, inspirados en retratos suyos, todo ello impregnado del olor de la trementina, uno de los más presentes en los antiguos talleres.

La posibilidad de ver juntos estos cuadros ayuda al visitante a discernir sus diferentes niveles de calidad. Aunque todos los cuadros que salían del taller de Rubens eran productos de su marca, sus contemporáneos, y él mismo, valoraban más los originales pintados enteramente por el maestro que los del taller.

Además, con motivo de esta exposición se ha publicado el libro “El taller de Rubens”, que incluye textos que explican cómo los cuadros de la época se pintaban en fases, por superposición de distintas capas, de modo que cada una de ellas determinaba el efecto que producía la siguiente. Este sistema permitía dividir el trabajo, pues un artista podía pintar algunas capas y después ser reemplazado por otro.

Durante la presentación a la prensa de la exposición, el comisario de la muestra resaltaba dos de los temas principales de la exposición: la autoría y la realidad.

Según Vergara, El taller de Rubens permite a los visitantes comprender el proceso completo de creación artística en el contexto del siglo XVII, destacando el papel de los colaboradores en el taller y las condiciones sociales y económicas que rodeaban al arte en esa época.

La división del trabajo en el taller

Una imagen de la recreación del taller de Rubens

Para profundizar en la forma de trabajar de Rubens y el uso que hizo de la labor de sus colaboradores de taller, la exposición ofrece un vídeo que muestra la recreación del proceso de creación de la obra ‘Mercurio y Argos’, con materiales y técnicas históricas, realizada por el pintor Jacobo Alcalde Gibert. En el vídeo se explica cómo pintaba Rubens y cómo se valía de sus ayudantes de taller.

Los cuadros se pintaban en fases, por superposición de capas. Los colaboradores se ocupaban de las zonas rutinarias, como los árboles o el cuerpo de la vaca, y el maestro de las áreas de mayor protagonismo (las figuras y la cabeza del animal).

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