El Alcorcón sigue negado en Santo Domingo y cierra el año al filo de los puestos de descenso
Resulta difícilmente comprensible lo que le viene ocurriendo al Alcorcón. Tres victorias consecutivas a domicilio le han ido poniendo en disposición de abrir brecha con la zona de descenso y acercarse a los puestos de playoff de ascenso a Segunda División, pero el equipo alfarero parece empeñado en tirar por la borda en Santo Domingo todo lo que tanto trabajo le ha costado arañar fuera de casa.
Buen ejemplo de ello se vio este domingo, cuando los de Pablo Álvarez tenían ante sí la oportunidad de colocarse a tan solo tres puntos del quinto puesto en caso de superar en Santo Domingo al Ibiza, que llegaba además lastrado por tres derrotas consecutivas.
Y las cosas no se le pudieron poner mejor, ya que Vladys establecía el 1-0 en el 70′ y su superioridad sobre el cuadro balear no hacía presagiar otra cosa que no fuese la victoria. Sin embargo, dos saques de esquina dieron al traste con sus ilusiones. Uno de ellos acabó desembocando en un penalti transformado por Álex Gallar (74′) y el otro lo cabeceaba a la red Quique González cuando ya el partido agonizaba (94′).
La consecuencia, otra traumática derrota en el recinto alcorconero, donde el colectivo alfarero no gana desde el ya lejano 20 de octubre (2-1 al Real Madrid Castilla). A partir de ashí, dos empates y otras tantas derrotas. Es decir, 2 puntos sobre 12 posibles y el monumental enfado de la hinchada amarilla, que no gana para disgustos de un tiempo a esta parte y así lo exteriorizó a la conclusión del duelo frente al Ibiza.
PABLO ÁLVAREZ: «ES SURREALISTA PERDER ESTE PARTIDO»
En su valoración post-partido, a Pablo Álvarez le parecía «surrealista» haber perdido los tres puntos, ya que «hemos hecho un partido para haber ganado , y además holgadamente, pero al final se te queda cara de tonto. Poniéndote por delante en el minuto 70 no se te puede escapar el partido», lamentaba.
El técnico madrileño no ocultaba que «cuando algo se repite es que algo pasa y también habrá que hacer autocrítica», admitía antes de entender el malestar de los aficionados «porque es algo que se está repitiendo y nos duele a todos».