Hace cuarenta años España decidió que quería vivir en libertad. Y así, por una rotunda mayoría, los españoles votaron sí a la Constitución de 1978. La ley suprema de la que emana todo nuestro ordenamiento jurídico. La Carta de derechos fundamentales y obligaciones que nos ha dado un marco de convivencia. Tal vez, el más próspero de nuestra historia.

La aprobación de la Constitución Española de 1978 significó una ruptura con el antiguo régimen. En ella está plasmada nuestra razón de ser. Fue un ejemplo de superación a las diferencias. De tolerancia, respeto y entendimiento entre todas las partes que configuran España. Como decía uno de sus padres, el socialista Gregorio Peces-Barba: “Con la Constitución pasa como con el aire que respiras, no se nota hasta que falta”. Tal es su importancia para construir, o al menos intentarlo, una sociedad libre, plural y democrática.

Qué pensaría Gregorio Peces-Barba de sus compañeros de partido en Alcorcón que no acuden a los actos de homenaje de la Constitución

Peces Barba destacó siempre “el clima positivo que se vivió, con una gran voluntad por parte de todos para deshacer obstáculos”. Piedras que hoy vienen en forma de Golpe de Estado, como el producido en Cataluña ahora hace poco más de un año. Sin embargo la Constitución logró sobreponerse con los mecanismos que ella misma contempla. Como el artículo 155. En este punto, recordamos las palabras de Gregorio Peces-Barba de que “cuando el presidente de una comunidad autónoma, que es la más alta autoridad del Estado en ese territorio, hace lo posible por deshacer la Constitución, eso tiene un nombre: traidor”. Qué pensaría un socialista de los pies a la cabeza como él de la deriva que ha tomado su partido en este siglo XXI, gobernando con el apoyo de los secesionistas que tratan de menoscabar a diario la fuerza de la Carta Magna.

Gracias a la Constitución Española de 1978 existe el municipalismo y se reconoce la voz de ciudades y municipios como Alcorcón

También el ámbito local le debe todo a nuestra Norma Suprema. Pues gracias a la Constitución Española de 1978 existe el municipalismo. La voz de las ciudades y municipios como, por ejemplo, Alcorcón, es reconocida desde hace 40 años. Qué pensaría, pues, el gran Gregorio Peces-Barba de sus compañeros de partido socialistas que, en Alcorcón, no fueron a rendir homenaje a un texto del que el profesor fue pieza clave y esencial. Reiteramos otra vez como Peces-Barba hablaba de que la Constitución salió adelante pese a los obstáculos. Lo que venía a decir es que por encima de ella no podía haber intereses personalistas ni mucho menos de partido. Prevalecer estos intereses sobre la concordia significa dar de nuevo el triunfo al caos.

Y en cambio el actual Partido Socialista de Alcorcón no ha entendido esa enseñanza y el camino marcado por Don Gregorio Peces-Barba. No asistir a los actos de reconocimiento de la Carta Magna por sus 40 años de vigencia es un insulto, una falta de respeto no solo a la Norma sobre la que se asienta todo nuestro ordenamiento jurídico. También el sueldo que los concejales cobran. Sino a quienes, como Peces-Barba, nos regalaron con mucho sacrificio el periodo más próspero de nuestra existencia como país. Un partido como el PSOE, que tanto hizo entonces por España, no se merece representantes así. Ni en Alcorcón, ni en ningún rincón de la nación.

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