No hay nada más desesperante que estar a expensas de las resoluciones de la administración. Esperar a que el gigante se despierte, se ponga en pie y avance para expedir un certificado, una licencia o un permiso. Como decía el eterno Pío Baroja, escritor español de la Generación del 98: “la burocracia en los países latinos parece que se ha establecido para vejar al público”.

Cuando hablamos de la administración -tanto local, regional como nacional- y de esa eterna burocracia es imposible no acordarse del genial artículo Vuelva usted mañana, publicado por el padre del periodismo español, Mariano José de Larra, en El pobrecito Hablador, el 14 de enero de 1833. En síntesis, Larra presenta como protagonista a Monsieur Sans-délai, un francés que viene a España para reclamar unas propiedades heredadas y hacer negocios en el país. A qué si no iba a venir el desdichado ‘gabacho’.

Una veintena de fuenlabreños lleva casi tres años esperando a recibir el Certificado de Profesionalidad de unos cursos realizados

El galo pretende hacer todas las gestiones en pocos días. Pobre iluso. Pues Fígaro, pseudónimo con el que firmaba habitualmente Larra sus escritos, le advierte que, dada la estructura de la administración y el carácter del español, necesitará varios meses para terminar todos los trámites. La pereza, excusas y desgana de la administración crean auténtica desesperación en el pobre Monsieur Sans-délai, y también en el lector (sí, usted que lee esto, también) que en más de una ocasión se ha topado con esa indolencia propia de la burocracia patria.

Los últimos en sufrir la dejadez y la inacción de la administración han sido una veintena de fuenlabreños que, desde hace tres años, esperan a que la Comunidad de Madrid les entregue el Certificado de Profesionalidad por un curso de Operaciones Auxiliares de Servicios Administrativos y Generales que realizaron en el año 2016.

Ya decía el escritor español de la Generación del 98, Pío Baroja, que “la burocracia en los países latinos parece que se ha establecido para vejar al público”

Se trata de unos cursos que financió exclusivamente el Ayuntamiento fuenlabreño ya que el Gobierno autonómico no sacaba convocatorias de este tipo por entonces. Éstos estaban dirigidos a desempleados para ampliar su formación y práctica en distintos ámbitos y que requirieron de su tiempo y esfuerzo. Dos atributos que no se han visto recompensados tres años después, pues siguen esperando, y esperando, y esperando…

Y es que la Administración, la gigantesca burocracia que corre rauda y veloz a confiscarte los bolsillos vía impuestos es, en cambio, desesperantemente lenta cuando tiene que beneficiar al contribuyente. A ese que antes se le conocía como gente, pueblo, ciudadano o vecino, y que solo cobra protagonismo cuando vienen unas elecciones o, en su defecto, cuando tiene que pasar por caja para seguir manteniendo a esta elefantiásica sin razón llamada Administración.

Afortunadamente, varios de estos afectados ya dejaron las listas del paro. Pero, como decía Baroja, no se merecen esta constante vejación administrativa por parte de una Comunidad, la madrileña, que se la presupone el motor de este desgraciado país llamado España.