Con la Administración hemos topado. Ese gran gigante, devorador de paciencia, propia y ajena. Bien lo saben los vecinos de Pinto, que llevan años esperando a que, de una vez por todas, se construya el ansiado apeadero de La Tenería. Una infraestructura necesaria para la ciudad y también para la región. Y ni qué decir que para la maltrecha C-3 de Cercanías, esa gran olvidada y mermada por una gestión lamentable del Ministerio de Transportes. Sí, Cercanías depende del Gobierno central, por si algún incauto no se había dado cuenta aún.

De hecho es el Ejecutivo el que tiene ahora la pelota en su tejado, el que tiene que hacer juego y cumplir con su obligación, toda vez que el Ayuntamiento de Pinto ya hecho los deberes que le correspondían. Y es que recientemente, el alcalde de Pinto, el popular Salomón Aguado, se reunía con técnicos de Adif para formalizar la cesión de tres parcelas municipales necesarias para construir el apeadero de La Tenería. Según datos estimados por Adif, el inicio de obras podría tener lugar a comienzos del año 2024 y, a partir de ahí, en un plazo en torno a los 22 meses, el apeadero podría ser una realidad.

Precisamente eso es lo que reclaman los pinteños: certezas, realidades; ya está bien de anuncios y promesas. Pinto, los usuarios de la C-3 de Cercanías quieren su apeadero. Se acabaron las excusas, los retrasos, el dejar que el proyecto acumule polvo en un cajón.

El alcalde de Pinto, Salomón Aguado, ha firmado la cesión de suelo municipal para construir el apeadero. Veremos si el Gobierno se da tanta prisa en hacerlo, como en poner pinganillos en el Congreso de los Diputados

El Ayuntamiento de Pinto y su nuevo alcalde ya han hecho todo lo que está en su mano, decíamos. Los pinteños, también, mostrando una infinita paciencia, puesta a prueba cada día que se suben a un tren de la C-3 para ir a sus centros de trabajo, estudios u ocio.
Con esta cesión de los terrenos el objetivo está más cerca, pero como decíamos al principio: con la Administración hemos topado. Pinto está en la Comunidad de Madrid, no en Cataluña o País Vasco. El Gobierno en funciones de PSOE y Sumar (antes conocido como Unidas Podemos) no necesita los votos de los pinteños para hacer presidente a toda costa a Pedro Sánchez.

Por eso es normal dudar de este Ejecutivo central, ahora en funciones, que ya habla abiertamente de amnistiar a sediciosos y se ha dado toda la prisa del mundo en retorcer el Reglamento del Congreso de los Diputados, para hincar la rodilla ante una vieja aspiración de los independentistas, poniendo dinero público de por medio para comprar unos pinganillos totalmente innecesarios, teniendo en cuenta que nos une el cuarto idioma más hablado en el planeta.

Ese Gobierno de socialistas y comunistas, que derrocha dinero de todos, para colmar los delirios de su ‘Sanchidad’, pero tarda años en poner en marcha, por ejemplo, una infraestructura necesaria para la ciudadanía pinteña, como es el apeadero. Cuestión de prioridades.