Foto: ULEG

No es una sorpresa. ULEG estaba deseando llegar al poder para poder subirse el sueldo y vivir aún más a costa de los vecinos, como si no fueran suficientes veinte años de pleitos y palos en las ruedas. Y eso aunque lo enmascaren de ahorro a costa de la oposición. Algo así como el famoso: ‘las gallinas que entran por las que salen’.

Fue en ‘El Hormiguero’, donde el cómico José Mota explicó el origen de su famosa frase. “Está basada en hechos reales. Es una historia que pasó en mi tierra. Antes, en los corrales de las casas de los pueblos, estaban las gallinas, los aperos… Entonces, había gallinas que saltaban de un corral a otro porque no vuelan pero semivuelan. Y un día un vecino le dijo a otro: ‘Perdóname, me faltan cuatro gallinas, no las habrás visto en tu corral, ¿no?’. Y el otro contestó: ‘Yo no he visto nada’. Total, que pasó un mes, y saltaron ocho gallinas del corral de éste al del otro. Y le dijo: ‘Me vas a perdonar, fíjate lo que es la vida, me faltan cuatro gallinas a mí’. Y el otro le respondió: ‘No hagas números, las gallinas que entran por las que salen’. Y de ahí viene, la ley de la compensación”.

Con esa premisa arranca la legislatura en Leganés, ciudad no ajena a esa ‘moda’ de subirse el sueldo entre sus señorías, como en la vecina Getafe, por ejemplo. Cosas del IPC, que afecta a las familias a la hora de ir a hacer la compra y pagar los recursos para subsistir; mientras beneficia a los políticos.

La peculiaridad es que en Leganés, al contrario que en Getafe, el incremento de salario beneficia al Gobierno de PP y ULEG y no a la oposición. Eso con la aquiescencia de Más Madrid, muleta por lo que parece del Ejecutivo.

Así, los grupos de la oposición ‘sufren’ en sus carnes ‘las rebajas del tío Paco’. Casi 1,2 millones de euros durante los próximos cuatro años, según estiman desde el Ejecutivo leganense. Ahora bien, el Gobierno local no se aplica esa tijera y alcalde y vicealcalde ven incrementado su peculio. También el de los directores generales, coordinadores y otros cargos de confianza.

Se puede defender que gestionar una ciudad como Leganés merece todos los recursos disponibles. El propio alcalde denunciaba la “quiebra técnica” en materia de personal en el Ayuntamiento. Se necesitan gestores que engrasen la máquina y la pongan a funcionar. Y esa responsabilidad tiene que tener una recompensa salarial. Obviamente, superior a la de quien no tiene esas obligaciones en el cargo.

Sin embargo, parece difícil justificar recortar los recursos a la oposición, vital en democracia y representante también de los vecinos, mientras te subes el sueldo. Sobre todo en un contexto inflacionista, donde las familias sufren a diario el golpe en sus economías.

¿Qué diría Carlos Delgado si el exalcalde Llorente se hubiese subido el sueldo a su costa y con excusas peregrinas? Empieza ‘fuerte’ la legislatura.