Bordalás siempre se ha preciado de ser un entusiasta de Johan Cruyff, primero como jugador en el Ajax y luego como entrenador del Barcelona. De ahí que lo acontecido esta tarde-noche en el Coliseum haya tenido a buen seguro un sabor muy especial para él. Más que nada porque la exhibición del Getafe ha sido ante el conjunto holandés en el que tantos días de gloria brindó el genio ‘ajacied’.

Y es que el Getafe ha sido fiel a su estilo por más que la cita fuera de la Europa League y frente a un rival como el Ajax, con toneladas de historia a sus espaldas y un espléndido presente que el equipo azulón ha puesto seriamente en entredicho en los primeros noventa minutos de la eliminatoria de dieciseisavos de final.

Cierto es que el duelo no está decidido y mal haría el Getafe en confiarse, pero la sensación es que el equipo azulón ha cortocircuitado a su oponente de principio a fin, asfixiando cualquier vía de creación con su proverbial presión en todo el campo y poniendo rúbrica a su excelente partido con dos goles que pueden valer su peso en oro.

El primero corría a cargo de Deyverson en el tramo final de la primera mitad. El brasileño puso rúbrica a una jugada de laboratorio en la que participaron Arambarri, Damián y Olivera y puso el Coliseum patas arriba. Curiosamente, el brasileño era la gran novedad en la alineación inicial y estrenaba su cuenta realizadora en el momento más oportuno.

Pero para oportuno el segundo de la tarde, obra de Kenedy con la involuntaria colaboración de un rival. Llegaba en el 92′ y hacía justicia con los méritos contraídos por un colectivo, el de Bordalás, que también empieza a demostrar cómo se las gasta en Europa. Quedan noventa minutos en el Johan Cruyff Arena y nada está decidido, pero a altas alturas de la película el Ajax ya debe saber que si quiere tener alguna opción de estar en octavos va a necesitar sangre, sudor y lágrimas dentro de una semana.