ACB Photo/E. Cobos

Un triple lejanísimo y decisivo a 17 segundos del final de la prórroga ante el Iberostar Tenerife puso broche de oro a la trayectoria profesional de Marko Popovic, que se despedió de la afición del Montakit Fuenlabrada por todo lo alto, como merece un jugador con tan inmaculada hoja de servicios y tan entregado a la causa fuenlabreña desde el mismo día en que pisó por vez primera el parqué del Fernando Martín.

Pese a que se encontraba en pleno proceso de puesta a punto tras sufrir una lesión que le había privado de participar en los dos compromisos anteriores, el croata pidió jugar a Jota Cuspinera y resultó decisivo para el triunfo local ante el conjunto tinerfeño (88-84) con sus 12 puntos, 2 rebotes y 5 asistencias en algo menos de doce minutos de juego. Números en mano, los más destacados en esta ocasión fueron sus compañeros Eyenga (21 puntos) y Cruz (20), pero el gran protagonista fue el veterano jugador de 37 años que acabó embargado por la emoción.

«Venir aquí fue una locura, luego se convirtió en una pasión y ahora es amor«, señalaba Popovic entre lágrimas «porque nunca había pensado en tener una despedida como ésta», dijo antes de confesar que se vistió finalmente de corto «porque decidí dar todo lo que tenía a este club y esta afición que me lo ha dado todo y me ha aceptado como uno de los suyos».

Con este triunfo ante el Iberostar Tenerife, que con su derrota en el Fernando Martín se quedó fuera de los playoffs por el título liguero, el Montakit Fuenlabrada echa el cierre al curso 18/19 en la 13ª posición final con un balance de ACB Photoque le permiten seguir un año más en la máxima categoría del baloncesto nacional.