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En política, como en el resto de campos de la vida, es difícil ver cuando tu momento ha pasado. Aunque sea por orgullo, cuesta reconocerlo. Pero finalmente no hay otro remedio de resignarse a los indicios evidentes de que tu tiempo pasó, pues ya se sabe que el orgullo precede a la caída y si no das a tiempo ese paso a un lado acabas convirtiéndote en una caricatura de lo que fuiste. Si es que en verdad fuiste algo más allá de una sombra.

Algo así le está sucediendo a la portavoz y candidata del PSOE de Alcorcón, Natalia de Andrés. La lideresa no es nueva en esto de hacer y vivir de la política. De hecho De Andrés ha tenido responsabilidad de Gobierno en Alcorcón y su paso por el poder fue el CREAA, la gigantesca deuda y una ruina que se ha evidenciado claramente en su gestión de EMGIASA. Con ese aval, los vecinos decidieron en 2011 y 2015 -ya como candidata-, que Natalia de Andrés y su equipo pasaran a la oposición. Y ni en esa responsabilidad han encontrado su sitio pues a día de hoy Jesús Santos les ha comido el terreno y se ha erigido como principal oponente al PP de David Pérez y Ana Gómez.

Si como política la credibilidad de Natalia de Andrés se equipara a un bolívar venezolano, como creadora de opinión/pseudoperiodista cotiza aún menos, pues la sentencia dice que la candidata socialista “era conocedora de la falsedad de sus expresiones” contra dos empresarios

Sin embargo y tras todos esos varapalos a la gestión socialista, De Andrés sigue en la brecha y aspira nuevamente a ser alcaldesa de Alcorcón. No le importa lo que su paso por el Gobierno generó en la ciudad -¡Menuda ruina!-. Sea porque no sabe hacer otra cosa que vivir de lo público o porque 70.000 euros brutos anuales como portavoz de un partido de la oposición son un aliciente para no abandonar la poltrona, el caso es que la candidata del PSOE no ceja en su empeño de dejar paso a aire nuevo en la política local. Una ciudad que en unos meses va a ver partir al que ha sido su alcalde los últimos ocho años y también, con todo pronóstico, al portavoz de Ciudadanos, Alfonso Reina. Es verdad que este último seguramente se vaya sin pena ni gloria.

Pues bien, Natalia de Andrés suma otra “medalla” a su colección. Y es que ha sido condenada judicialmente por vulnerar el derecho al honor de dos empresarios. Si como política su credibilidad se equipara al valor de un bolívar venezolano, como creadora de opinión/pseudoperiodista cotiza aún menos, pues la sentencia dice que la candidata socialista “era conocedora de la falsedad de sus expresiones” contra estos dos empresarios.

Tremendo varapalo a dos meses de las elecciones. Ya decía Abraham Lincoln que: “Hay momentos en la vida de todo político en que lo mejor que puede hacer es no despegar los labios”. O como en el caso de De Andrés, verter información “que no va acompañada de prueba alguna de veracidad”. Lo que hace preguntarnos de qué no será capaz la candidata del PSOE en la Alcaldía si se las gasta así con dos empresarios.

El peso de la ley, pues, ha vuelto a caer como un mazo sobre Natalia de Andrés. Como empezaban estas líneas, esto debería ser un síntoma más para ver que su tiempo ha pasado. Qué su “experiencia” sobra en la ciudad. Y también que la información no es como la política. Para ésta última se pensará que vale cualquiera, pero para la primera, informar, hay que tener más talla.