La limpieza y gestión de residuos siempre ha sido noticia en Alcorcón. Y siempre para mal, rara vez para bien. De hecho fue uno de los caballos de batalla, con los que PSOE y Unidas Podemos desbancaron de la Alcaldía a David Pérez.

Es más, el actual segundo teniente de alcalde de la ciudad y presidente de ESMASA, Jesús Santos, se comprometió en marzo de 2019 a que: “Si gobierno y en un año Alcorcón no está limpia, dimitiré”. Pero llegó la pandemia del coronavirus, un año después, y la apuesta quedó en el aire. No así el estado de la ciudad, que en el mes de noviembre ha vuelto a dejar estampas de suciedad en las principales islas ecológicas de los barrios, dejando en entredicho aquel compromiso de Santos, antes de las elecciones de 2019.

Jesús Santos dijo en marzo de 2019, antes de las elecciones y en una entrevista en Al Cabo de la Calle: “Si gobierno y en un año Alcorcón no está limpia, dimitiré”

A la acumulación de residuos durante este último mes se ha sumado la inevitable caída de la hoja, que para el PP, cuando estaba en el Gobierno, era “poesía”, mientras PSOE y Podemos se tiraban a su yugular, pero una vez en el poder éstos han convertido en prosa, que pone en riesgo la salud de viandantes, pues con la humedad, las hojas se convierten en un potente deslizante.

También en estas islas ecológicas de Alcorcón se acumula el vidrio, que en 2014 se cedió su gestión a Ecovidrio, siendo el detonante de una brutal huelga que costó a los vecinos 60.000 euros diarios. Por aquella acción, Jesús Santos fue condenado por el Tribunal Supremo, y una vez al frente de ESMASA, camino de dos años ya, no ha revertido aún este contrato. Sí en cambio otros servicios, cuestionados por la oposición.

Así pues, Santos tiene por delante devolver la credibilidad a su promesa, que significa la limpieza a las calles de Alcorcón. Un año y medio ha pasado ya de aquello que dijo en este periódico y la cosa no ha cambiado. Desde que gobierna la socialista Natalia de Andrés, la situación de abandono en la ciudad va in crescendo.

LOS ECOLOGISTAS, HARTOS DE LOS VERTIDOS

Desgraciadamente, los colchones viejos y abandonados no son una fotografía fija de las calles de Alcorcón. También de sus espacios verdes. “Tenemos un problema grave con los vertidos. Una cincuentena de colchones en dos puntos Alcorcón, junto a un camino público y en una finca privada. Hay que identificar al propietario, denunciar y rogar porque limpien un bien común”, exponían desde las organizaciones ecologistas de la ciudad.

En los últimos días han aparecido hasta coches despiezados, que el concejal de Sostenibilidad, Carlos Carretero, aseguró que se estaba investigando por parte de Policía Local, para localizar al propietario y averiguar si se trataba de un robo.

Sea como fuere, estos entornos rurales de la ciudad no escapan de los vertidos. De hecho, los ecologistas han facilitado un mapa digital, donde señalan los puntos exactos de la basura y residuos que amenaza la flora y fauna alfarera. Un recurso que debería facilitar el trabajo de las administraciones para su limpieza y eliminación.

En este sentido, el principal problema radica en las cuestiones competenciales, pues al ser caminos públicos, gran parte de su gestión depende de la Comunidad de Madrid, si bien el Ayuntamiento tiene atribuida la función de vigilancia de su término municipal.

Y en otros casos, las fincas pertenecen a personas jurídico-privadas, que son las que deben retirarlo. En este caso, la administración puede proceder contra ellos si se trata de un atentado a un bien de dominio público. Por lo que si existiera voluntad, el problema estaría resuelto.