Reza el manido dicho popular que ‘segundas partes nunca fueron buenas’, pero uno sospecha que quien ideó tan celebérrima sentencia no tuvo en cuenta lo que ocurriría con el fútbol profesional de la zona sur madrileña en el convulso y pandémico curso 20-21.

Andaba el Alcorcón allá por el pasado noviembre que no le llegaba la camisa al cuerpo (4 puntos en 10 jornadas) y decidió encomendarse a Juan Antonio Anquela, muñidor del ‘Alcorconazo’ y proverbial ganador de causas perdidas. El domingo salvó a su equipo y este jueves le ponen su nombre a un campo de Alcorcón.

Ya en enero, Asier Garitano gobernaba de nuevo el timón de un Leganés que zozobraba en su reto de recuperar la categoría perdida. Cinco meses después, el colectivo pepinero encara el playoff con serias aspiraciones y a Garitano quizá le reserven una calle.

Queda Míchel, que este lunes emprendía su segunda etapa en el ‘Geta’. Si sale bien, igual le toca una plaza.