Ludwig von Mises recogía en ‘El Estado omnipotente’, que: “La inflación es esencialmente antidemocrática”. Para Milton Friedman, “la inflación es un impuesto sin legislación”; mientras que para John Maynard Keynes, “con un proceso continuo de inflación, los gobiernos pueden confiscar, secreta e inadvertidamente, una parte importante de la riqueza de sus conciudadanos”.

Como todo en esta vida, al final, se trata de seguir el rastro del dinero. ¿A quién beneficia la inflación? En Getafe, está claro, que a nuestros políticos. Así se explica que en el primer Pleno de la legislatura, el que sirve para articular la organización y el funcionamiento de estos cuatro años, se haya aprobado una subida de sueldo de casi el 10% para la alcaldesa y concejales liberados de la oposición. Los ediles con funciones de Gobierno también ven incrementada su remuneración, aunque algo menos.

Curiosa forma de manifestarse la inflación en Getafe, pues en el Ayuntamiento sirve de justificación a políticos y cargos a dedo para incrementar su peculio, mientras a escasos cien metros, en una zona comercial como la calle Madrid y donde están las colas del hambre del Hospitalillo de San José, ahoga cada día y de qué manera a las familias de la ciudad.

Hay que recordar que moderar el crecimiento no es bajar. Como tampoco un político, que no ha pasado ninguna prueba, es lo mismo que un funcionario. La inflación no ha bajado. El sueldo de nuestros representantes sí ha subido. Hasta quienes han sido más críticos con esto en pasadas legislaturas, el PP, han pasado por este trágala de Sara Hernández.

Votaron en contra, cierto; pero decir en una nota de Prensa que no sube sino que es una actualización del IPC, mientras la alcaldesa no dice ni mu, es una demostración más de que es mejor estar callado que parecer lo que no se es.

La alcaldesa del PSOE de Getafe, que solo se iba a presentar dos veces, se da el gustazo en este tercer mandato de subirse el sueldo casi un 10%. También al resto de concejales de Gobierno y liberados

Más si cabe cuando el PP tendría que haber puesto el grito en el cielo, con más vehemencia, sobre la proporcionalidad de concejales con dedicación exclusiva. Los populares, segunda fuerza más votada en Getafe y casi empatada con el PSOE, tiene tan solo un representante más con exclusividad que Podemos y Más Madrid, que juntos llegan a la mitad de sufragios que el PP. Por ahí deberían cargar con más fuerza, aunque la izquierda sea mayoritaria, y no justificar con el IPC una ignominia de esta envergadura.

Enésimo ninguneo de la alcaldesa socialista a la democracia getafense. Como firmar de puño y letra que solo estaría dos legislaturas al mando de la ciudad y ahí sigue, una tercera. Claro que acumulando subidas se sueldo con cada inicio de mandato, llegando ya a los 72.000 euros brutos al año, a dónde iba a ir.

Otra oportunidad perdida de la política local para contener el gasto y mostrar a los representados que están en el mismo barco. Este subidón de sueldo deja claro, por si no lo estaba ya, que los políticos viven en otra realidad. ¿Hasta cuándo?