
A esbozar la palabra ‘honestidad’ ni me atrevo
Rearme sí, rearme no, Dos de Mayo sin desfile, decir ‘asesinados’ en vez de ‘fallecidos’, censurar un libro… A veces parece que se trata de avasallarnos a ver si se nos olvida lo fundamental: vivimos en una sociedad cuyos jóvenes y no tan jóvenes no pueden pagarse una vivienda aunque trabajen todo el día.
¿Va alguien a abordar la cuestión de manera honrada? Sí, he escrito la palabra ’honrada’. A esbozar ‘honesta’ ni me atrevo.
La realidad se nos ha echado encima. No hay que esperar al desastre, el desastre está aquí: la gente no puede ni vivir sola ni independizarse. Si el salario medio en España ronda los 1500 euros netos (que me perdonen todos los que ahora mismo apenas están en mil, que lamentablemente son muchos), ¿cómo puede alguien alquilar un piso que en Madrid cuesta entre 1200 y 1500 euros?
Trabajar ocho horas al día, cinco o seis días a la semana y decir adiós al sueldo en la transferencia mensual al casero no es vivir. A duras penas me atrevo a decir que es sobrevivir. De ‘supervivir’ ni hablamos.