El 29 de enero de 2020, el viceconsejero de Salud de la Comunidad de Madrid, Antonio Zapatero, auguró un cambio de tendencia en los contagios de coronavirus. Madrid empezaba a doblegar la curva con las medidas de restringir la movilidad por zonas básicas de salud, sin perjudicar a una ya mermada actividad económica, cultural y deportiva.

Esa misma fecha, ayuntamientos como Getafe, Alcorcón, Moraleja de Enmedio y, sorprentemente, Arroyomolinos, anunciaban la suspensión de actividades deportivas y culturales durante quince días, en contra del criterio de la Comunidad.

Bajo la excusa de evitar contagios, estos consistorios privaron del Deporte y la Cultura a sus vecinos y ya advertimos que, una vez revertida la tenencia, su alcaldesas no tardaría en apuntarse el tanto.

Y dicho y hecho, pues en menos de una semana, la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, ha anunciado que levanta el veto impuesto desde su Gobierno al Deporte y la Cultura, con lo que volverán a celebrarse actividades de este tipo una vez terminada la suspensión.

«En Getafe hemos demostrado que se pueden hacer más cosas y que el resultado es el descenso de los contagios», dice Hernández, obviando que municipios como Fuenlabrada o Leganés, que no han suspendido nada, también han bajado sus contagios. O la propia Comunidad de Madrid, que ha doblegado la curva sin asfixiar a ninguna disciplina.