El Centro de Ocio Infantil anejo a la escuela fue convertido en cantón de Esmasa y hoy tiene este triste aspecto

A comienzos de 2023 la alcaldesa de Alcorcón anunció que la Escuela de Música no se trasladaría al CREAA, aquel desastre urbanístico que solo cabía en la cabeza de Enrique Cascallana y de alguno de sus concejales y que arruinó a la ciudad de Alcorcón.

En vez de ello, la alcaldesa, con buen criterio, anunciaba una partida en los Presupuestos de 2023 para acometer las reformas imprescindibles en el edificio. En concreto, la partida para esa rehabili-tación ascendía a 79.751,10 euros y así aparecía en las cuentas municipales aprobadas por el Pleno Municipal.

“Es un honor llevar 42 años formando a grandes artistas en la ciudad. El trabajo que hace la Escuela-Conservatorio es fascinante. Es uno de los mejores activos que tenemos en Alcorcón”, dijo en-tonces Candelaria Testa, y no le faltaba razón ni sinceridad.

Y hay que reconocer que era una solución a un grave problema que desde años viene afectando a las instalaciones de esa escuela municipal y que ha sido reiteradamente denunciada por alumnos, padres y profesores.

El estado de la Escuela de Música fue uno de los temas estrella en la pasada campaña electoral de mayo. El candidato popular insistía en su traslado al monstruoso edificio del Parque de los Castillos ya que, en su diseño, estaba previsto unas instalaciones que pudieran albergarlas.

Antonio González Terol se quedó a 50 votos de ser alcalde y hoy no es ni siquiera concejal. Y con su marcha de la ciudad en la que nunca vivió se marcharon sus propuestas para una escuela que ha sido y, no tiene porqué dejar de serlo, un orgullo para la ciudad.

Los Presupuestos de 2023 contemplaban una inversión de casi 80.000 euros para la reforma

Tras el anuncio de Candelaria Testa y su reflejo, negro sobre blanco, en los Presupuestos, las esperanzas y la confianza entre los usuarios de la escuela reverdecieron. Cierto es que los meses pasa-ban y por allí no aparecían los aparejadores y los albañiles.

Pero la prisa es mala consejera y el sentir común, y las excusas de los responsables de la Concejalía de Educación, llevaban a entender que las reformas se realizarían en verano y que la flamante es-cuela se disfrutaría a partir de este curso 23-24.

Pero ocurrió que, iniciado el curso, nada había cambiado. El estado de la escuela era el mismo que alumnos y profesores habían dejado al irse de vacaciones.
¿Qué había pasado?

La respuesta la tenían en la Concejalía de Fiestas, cuya responsable, Raquel Rodríguez, se había quedado sin presupuesto justo en el mes de mayo, cuando tenía que programar las Fiestas de septiembre.

Estado actual de los techos de la Escuela de Música

No es que fuera algo nuevo en Alcorcón. Al concejal de Cultura en tiempos del alcalde David Pérez, Luis Galindo, le ocurría exactamente lo mismo: se quedaba sin presupuesto para las Fiestas en el momento justo.

La solución del equipo de Testa fue la misma que tomaba en su día el equipo de Pérez; retirar partidas de otras concejalías para que el o la responsable de Fiestas no se quedara sin conciertos ni fuegos artificales.

Los casi 80.000 euros que iban a ser destinados a la Escuela de Música volaron y fueron a parar a la música de las Fiestas Patronales y a la pólvora del Parque de la República.

DE GARAJE DE CAMIONES A ESCUELA MUNICIPAL
El edificio de la Escuela Municipal de Música albergaba a principios de los 80 las oficinas, el almacén y las cocheras de la Inmobiliaria Peninsular, triunfante en aquellos tiempos desaforados. La inmobiliaria cedió gratis las instalaciones al Ayuntamiento, que las acondicionó lo mejor que pudo. No obstante, jamás han reunido las condiciones propias de un centro educativo por razones más que obvias.