Estados Unidos se ha consolidado en febrero de 2022 como el principal exportador de gas natural a España. Ahora también licuado. La ‘guerra de Putin’ le ha venido como anillo al dedo a la administración Biden. Las consecuencias para los ucranianos y el dinero para los americanos. O mejor dicho, las élites.

En fin, que Estados Unidos consigue ese gas gracias al ‘fracking’, un modelo que consiste en inyectar a alta presión un fluido, compuesto principalmente por agua, en formaciones rocosas, con la finalidad de abrir fisuras para que pueda escapar el gas o el petróleo y así ser extraído del subsuelo.

Técnica que aquí no desarrollamos, por eso del ecologismo llevado al extremo. Y seguro que tiene sus consecuencias positivas y negativas, como todo en esta vida. Pero para qué abrir el debate o tratar como adultos a los españoles, cuando tragamos sin rechistar cualquier decisión gubernamental.

Y eso es responsabilidad nuestra, de todos y cada uno de nosotros. Con nuestro voto (el suyo, sí, hágase responsable de una vez), hemos elegido a gobiernos infames, que han decidido que es mejor gastar millones de euros y endeudarnos hasta generaciones para depender energéticamente de fuera, que buscar alternativas en casa.

Lo mismo con la energía nuclear, pagada a precio de oro a la vecina Francia, mientras aquí cerramos centrales. Y ahora Marruecos, a la que Pedro Sánchez nos ha vendido recientemente, ha anunciado que hará perforaciones también en el límite con aguas españolas. Y los canarios, como ustedes, deberían pensar antes de votar a según qué traidores ‘eco-paletos’.