Allá por el 31 de octubre de 2018, en unas líneas similares a estas, denunciábamos (una vez más) la vergüenza del Cercanías en la Comunidad de Madrid. Constantes averías, retrasos, mala frecuencias. Una cuestión de Estado en la que todos los grupos políticos debían remar a favor.

El llamamiento lo hacíamos a raíz de un nuevo caos en la C-5 en la estación de Leganés, afectando a Fuenlabrada y a Humanes. Una semana antes, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, anunciaba mejoras de frecuencia de 30 segundos en hora punta. La medida entraba en vigor ya en noviembre y ese mismo día: avería al canto y otra vez retrasos. Ya en diciembre, más calamidades en la C-5, sobre todo en Atocha, dejando una imagen de andenes llenos de viajeros más propia de un país tercermundista.

Casi que mejor el ministro de Fomento guarde silencio, pues la última vez que habló de mejoras en el Cercanías, verdes las han segado

Ahora ha arrancado 2019 y, como en la canción de Julio Iglesias: la vida sigue igual (de mal) en el servicio de la C-5 de Cercanías. Pues hace menos de una semana, el jueves, 10 de enero, más retrasos de hasta cuarenta minutos por un fallo en la estación de Fuenlabrada Central. Incluso trenes terminando su recorrido en Leganés. Menuda estampa que se repetía nada más y nada menos que este lunes. Esta vez, según Cercanías Madrid, porque varias personas invadían la vía. Con lo que de nuevo minutos y minutos de espera para coger un tren. Tiempo que se va y nunca más volverá.

¿Cuál es la solución? Pues el ministro Ábalos, con ese deje chulesco al que acostumbra, de taberna y altanería del que se cree algo en esta vida siendo un cero a la izquierda, anunciaba este mismo lunes la mayor inversión en Renfe y Adif en los Presupuestos de 2019 desde el año 2013. Sí, esos Presupuestos del Gobierno del PSOE que castigan a toda la Comunidad de Madrid y premian a Cataluña con más inversión -tengan esto en cuenta a la hora de votar en las próximas elecciones de mayo-. Por lo que es lícito pensar que, de aprobarse las cuentas -cosa difícil en este momento- la inversión ferroviaria en la red madrileña será poco menos que irrisoria.

Ha arrancado 2019 y, como en la canción de Julio Iglesias: la vida sigue igual (de mal) en la C-5 de Cercanías, con retrasos y averías todos los días

Porque: ¿de verdad alguien se cree los anuncios del ministro Ábalos, nieto de Guardia Civil e hijo de Heliodoro Ábalos, alias Carbonerito, matador de toros? Un ministro que es capaz de insultar a su pasado y, lo que es peor, la inteligencia del respetable, tiene menos credibilidad que José Luis Rodríguez Zapatero hablando de empleo. Los anuncios de Ábalos, y a las pruebas nos remitimos, sobre importantes inversiones en un Cercanías, el de la C-5, que languidece y desespera a los que día a día utilizan -o al menos lo intentan- su servicio para llegar tarde, mal y nunca a sus trabajos o centros de estudios, son papel mojado con semejante disparate de Presupuestos.

En esas manos está hoy la red ferroviaria madrileña. Ningún guiño a los pasajeros, solo promesas vacías y marketing del malo. Y casi que mejor el ministro guarde silencio, pues la última vez que habló de mejoras para el Cercanías, verdes las han segado.