«Seré la peor pesadilla de aquellos que quieran tocar el bolsillo de los madrileños para pagar la corruptela al independentismo». Fue el 25 de noviembre de 2020, cuando PSOE y ERC pactaban «armonizar» impuestos en España con tal de subir la presión fiscal en Madrid, el día que Isabel Díaz Ayuso sumó a su condición de presidenta, la de líder de la resistencia contra los abusos impositivos de Pedro Sánchez y sus socios.

Su augur se ha cumplido y hoy, 29 de marzo de 2021, es la pesadilla manifiesta de la izquierda, tanto madrileña como nacional. Una izquierda desnortada y a la que las elecciones del 4 de mayo le ha pillado con el pie cambiado. Se veían desfilando por Madrid, Ignacio Aguado mediante, y ahora: a galeras a remar y mentando a Ayuso hasta en la sopa.

Varios ejemplos. Primero, Mónica García, de Más Madrid, que tan pronto le dan ataques de ‘turismofobia’, poniendo a los franceses en la picota a través de mensajes con cierto tinte racista, como de repente la toma con la cadena 100 Montaditos, y al momento tiene que salir posando café en mano en una de estas sucursales. Por cierto, disfrutando de la hostelería madrileña que ella y los suyos quieren cerrar, a cambio de unas ayudas que nunca llegarán.

Otro que no da pie con bola es Pablo Iglesias. Viendo que desaparecía Podemos de Madrid tuvo que apartar a la condenada Isa Serra, y bajar él mismo a Madrid desde su pedestal  ‘vicepresidencial’. Eso sí, ya no es el Iglesias que entró en política con un patrimonio de 50.000 euros y casa en Vallecas, y eso se nota. Hasta ha comprado el lema: ‘Comunismo o Libertad’. Que lastima.

Tampoco Ángel Gabilondo, del PSOE, está muy afinado estos días. Estaba de salida, con la vista puesta en ser el próximo Defensor del Pueblo. Este mismo año, además, pactaba con Más Madrid medidas fiscales que aumentaban la recaudación a costa del bolsillo madrileño. Gabilondo en estado puro. Pero llegaron las elecciones, y adiós.

Es una lástima ver a alguien de su talla convertido en títere del ‘Sanchismo’, mandado a una guerra ‘antiAyuso’ que ni él mismo quiere librar. Ahora, hasta transmite el mensaje de no tocar la fiscalidad de Madrid. ¡Qué casualidad! Y anuncia que no pactará «con éste Iglesias». Pero ya sabemos que a Pedro Sánchez le quitaba el sueño y luego se acurrucó en sus brazos. Así que el mismísimo José Luis Ábalos, en una parada de su ajetreada vida en Barajas, le rectificó al instante. Insisto, de pena.

García, Iglesias y Gabilondo han demostrado padecer una enfermedad, la ‘Ayusitis’, que encima ahora traspasa fronteras regionales. Vean si no a ese hombrecillo apellidado Revilla, presidente de Cantabria, que estaba de paso en política y ya van treinta años a la sopa boba. Experto epidemiólogo, sueña con Madrid y su presidenta, porque está de moda.

Pero más lamentable aún es el alcalde de Valencia, que este mismo lunes culpaba a Ayuso del viaje de Marcelo (Real Madrid) a la ciudad del Turia. «Es un ejemplo de los malos ejemplos que da la presidenta del gobierno de Madrid». Ahí le tienen: Joan Ribó, otro ejemplo de ‘Ayusitis’.

El todo vale contra Ayuso, a veces con un tufo machista que echa para atrás, no solo no debilita a la presidenta, sino que la hace más fuerte, convirtiéndola en la única opción viable para evitar un Gobierno de desquiciados.