Ganemos Pinto

Nadie se lo esperaba. Y menos aún el Gobierno de Ganemos Pinto de Rafael Sánchez. Aquel que iba a gobernar para la gente. Más aún, aquel que jamás gobernaría si no era la lista más votada. Y no lo fue en 2015, pero el bastón de mando, cual caramelo de Navidad, era muy jugoso para dejarlo pasar.

Pero el manifiesto incumplimiento del programa electoral de Ganemos Pinto no es la sorpresa a la que nos referimos. Era de esperar. Nadie se imaginaba, eso sí, que el engaño de Ganemos hiciera mella entre sus filas. De allí ha salido la presión social que estos días y desde hace meses viene haciendo mucho ruido en las calles del municipio. Un clamor que lleva al alcalde al borde de un ataque de nervios y no precisamente al estilo Almodóvar.

Hablamos de la recogida de firmas que están llevando a cabo un grupo de vecinos contra la externalización del antes conocido como Pintogym. Empezó como algo simbólico pero a día de hoy está tomando un cariz de grandes proporciones. Y ello porque, tras veintidós años prestando un servicio impagable a la sociedad pinteñas, de golpe y porrazo, se decidió desde el Consistorio cambiar de modelo de gestión. Casi por la puerta de atrás. El resultado: la credibilidad de Rafael Sánchez por los suelos, las salas del gimnasio totalmente vacías y los vecinos firmando contra esta cacicada.

Los promotores de esta iniciativa está teniendo apoyo de todos los sectores. Y por qué. Pues porque no tienen ningún color político. No están movidos por ningún interés monetario. Son vecinos de a pie. Hartos de las promesas vacías de un Gobierno, el de Rafael Sánchez, amortizado. Incapaz, por ejemplo, de sacar adelante unos Presupuestos propios en toda la legislatura. Incapaz, por ejemplo, de escuchar a aquellos que no comulgan con sus ideas. Ya sean taurinos, o los aficionados al skate, totalmente abandonados por su Gobierno. Y también incapaces, por ejemplo, de llegar a acuerdos con el resto de formaciones políticas, si no fuera porque el PSOE local, con buena voluntad y poniendo a los pinteños por delante, es capaz de arremangarse y tratar de entenderse con un alcalde que vive en Matrix, alejado de la realidad.

Sin embargo, a su universo paralelo sí ha llegado esta oleada de firmas contra el cambio de gestión del gimnasio. Y la muestra es que, tras informar los medios locales de como se había superado las 2.000 firmas contra esta decisión, rubricas de todos los colores y edades que hoy son más y a las que se suma el apoyo en Internet, el Ejecutivo de Ganemos trataba de contrarrestar la presión informando que el abono deportivo municipal -así se llama ahora el Pintogym de toda la vida- cuenta con 642 usuarios después de que volviera a abrir el pasado mes de octubre, cuando se produjo el cambio de gestión.
Un claro síntoma de nerviosismo que ni Almodóvar filmaría. No ya por esta sorpresa en forma de presión vecinal. Sino que estamos en año prelectoral, y al alcalde y su equipo les ha salido un rival que no esperaban: los vecinos. Aquellos para los que iban a gobernar. ¿Se acuerdan? Pues ténganlo presente porque el movimiento es imparable.

ENCUESTA PINTO: ¿Cree que la recogida de firmas por el cambio de gestión de Pintogym le pasará factura al alcalde?