ULEG Antonio Almagro Leganes

La legislatura en Leganés está llegando a su fin. Y estos cuatro años han estado marcados por el escándalo del caso Almagro. Se trata -por si falla la memoria- de Antonio Almagro Cruz, edil de ULEG que cobra en su condición de concejal con una dedicación del 80% unos emolumentos de 40.000 euros anuales, según consta en el portal de Transparencia del Ayuntamiento de Leganés. Por otro lado, desempeña otra actividad profesional en una empresa del sector ferroviario.

Por mandato del Pleno, donde se encuentra ubicada la soberanía de todos los vecinos de Leganés, el Ayuntamiento tiene en marcha una comisión de investigación presidida por Rubén Bejarano. Un Bejarano que, de forma torpe y ciertamente cobarde, ha querido cerrar en falso la comisión con unas conclusiones tumbadas por parte de sus miembros. A punto ha estado de salirse con la suya ULEG, el partido del sicofanta de Leganés, Carlos Delgado, que siempre ha querido pasar de puntillas sobre este asunto. Una noticia, por cierto, que hasta la Justicia ha avalado en dos ocasiones, tumbando la intención de Delgado y sus acólitos de callar a un medio de comunicación libre y privado.

Por tanto y lejos de la intención de ULEG y su cómplice Bejarano de cerrar en falso la comisión de investigación del ‘caso Almagro’, las sesiones continúan. Y varios miembros de los partidos políticos han pedido la comparecencia del propio Almagro, que a estas alturas de la película resulta sospechoso e inexplicable que no haya querido dar la cara frente a la opinión pública. Bien es cierto que sí lo ha hecho en los tribunales y no ha salido bien parado. Como su líder Carlos Delgado Pulido, que recientemente ha claudicado frente a una transexual a quien Delgado también quería acallar por un vídeo. Ya se sabe que el sicofanta leguleyo de ULEG es muy de hacerse el ‘ofendidito’ al estilo ‘Pantomima Ful’.

De modo que tras varias bofetadas de justicia para los dos concejales de ULEG, es la hora de que Antonio Almagro deje de refugiarse en el paraguas de Carlos Delgado. Almagro tiene que hablar en la comisión de investigación. Dar la cara ante la opinión pública. Va dentro de ese suculento sueldo que le pagan los vecinos de Leganés y que, como se pregunta Leganemos, hay que saber si ese parné va para él mismo o para una presunta financiación irregular.

Francis Bacon decía que “es muy difícil hacer compatibles la política y la moral”, y en ULEG parece ciertamente imposible

¿Qué temen en ULEG? “Se va a liar gorda si se pide la convocatoria de Almagro”, amenazaba el partido verde en la última sesión. Pues que se líe. El eterno partido de la oposición, ULEG, no se contenta con destrozar el paisaje de Leganés a base de vallas publicitarias que ni la Venezuela de Maduro -quién sabe si referente de Carlos Delgado-, sino que lejos de dar explicaciones se dedica a amedrentar y a abusar de las instituciones de la ciudad.

Cierto que, como decía el célebre filósofo, político, abogado y escritor inglés, Francis Bacon: “es muy difícil hacer compatibles la política y la moral”. Y en ULEG, lamentablemente, parece casi misión imposible. Por eso, para no desprestigiar más aún la política local, que Antonio Almagro hable, si es que aún queda dignidad en el partido ‘verde’.