Sereno, sosegado, presidencial. Así se mostró el candidato del PP a la Presidencia del Gobierno de España, Alberto Núñez Feijóo, frente a un Pedro Sánchez nervioso, irrespetuoso y beligerante, en el único cara a cara que habrá antes de las elecciones generales del 23 de julio.

Un 46,5% de los españoles que vio la televisión durante la noche de este martes fue testigo de cómo el líder de los populares arrolló a Sánchez en todos los bloques. El presidente de los socialistas trató de fajarse aludiendo en todo momento a VOX, que no estuvo en el debate, pero como si lo estuviera. Acusó al popular de querer llevar a España a un «túnel del tiempo tenebroso» por los pactos tras las autonómicas y municipales.

Pero Sánchez no está para hablar de pactos, cuando tras de sí tiene la hemeroteca de sus acuerdos con Bildu, herederos de ETA, y los separatistas catalanes de ERC, socios predilectos de un Gobierno en descomposición. «¿Usted sabe por qué hemos tenido que pactar con VOX? Porque no acepta al PP cuando gana», librándose Feijóo de la acometida. Ahí hizo mella el gallego, que recordó además la memoria de Miguel Ángel Blanco, asesinado por los etarras hace ahora 26 años.

Igualmente, el candidato del PP disparó un torpedo a la línea de flotación sanchista, aludiendo a las excarcelaciones de violadores y pederastas por la nefasta ‘Ley solo sí es sí’, perpetrada por PSOE y Unidas Podemos y aprobada junto a sus socios independentistas y filoetarras. Hasta la fecha, más de mil doscientos agresores sexuales se han beneficiado de esta norma, viendo rebajadas sus condenas.

Eso prácticamente dejó hundido a un Sánchez, siempre a rebufo de Feijóo, que no fue capaz ni de hacer valer la subida del Salario Mínimo Interprofesional, la revalorización de las pensiones o los datos del paro. En economía, el aspirante a la reelección también naufragó, teniendo en cuenta que España ha sido uno de los países que más tarde ha logrado recuperar el PIB previo a la pandemia, está entre los que más paro tiene a nivel comunitario e internacional y donde la inflación ha golpeado de lleno a las familias, ya antes de la Guerra de Ucrania, que no le sirvió a Sánchez de excusa.

En política internacional y pese a que la «moderadora» Ana Pastor intentó buscarle las cosquillas a Feijóo con el asunto de Marruecos, el líder gallego también salió airoso. «¿Qué ha acordado usted con Marruecos?», espetó Feijóo. «No nos ha contado si Marruecos le exigió cesar a la ministra de Asuntos Exteriores y tenemos derecho a saberlo», añadió, comprometiéndose a «volver al equilibrio entre Marruecos, Argelia y Sahara. La posición que tenía España hasta que usted llegó».

En este sentido, Feijóo dio el jaque mate a Sánchez, cuando le ofreció en directo su abstención, en caso de ser el más votado y que fuera recíproco, «para no depender de los extremos». Algo a lo que Sánchez se negó, claudicando y dejando una imagen realmente vergonzosa, puesta de manifiesto cuando fue llamado al orden hasta en cuatro ocasiones por los moderadores y no atendió a sus reclamos.

Así fue consumiéndose un cara a cara, donde la Cultura y el Deporte brillaron por su ausencia, casi como la política de vivienda, y en el que Sánchez sacó a pasear el Falcon, para mayor gloria de un Feijóo que le dio la puntilla a diez días vista de las elecciones generales.