
El propio autor, Óscar Martínez, advierte en el prólogo de ‘El jardín mineral’ (Siruela): «Este no es un libro sobre joyería ni gemología, aunque en él aparecerán muchas joyas… Tampoco sería correcto definirlo como un libro de viajes…» Tampoco es un texto sobre la simbología de las piedras y sus colores, y aunque sea a lo que más se aproxime tampoco podemos considerarlo como un libro de arte.
Quizá, y así lo señala también el escritor, los ‘lapidarios’ sean el tipo de libro más parecido a este. En aquellos escritos, tratados medievales, se unían conocimientos científicos con creencias esotéricas y mágicas. Estaríamos así en El jardín mineral’ (Siruela)ante un lapidario moderno en el que el lector podrá dejarse acariciar, la prosa es hermosa, por relatos mitológicos, personajes mitológicos, enigmáticas maldiciones milenarias y diversas historias en las que ella, las piedras preciosas, son las protagonistas.