De un tiempo a esta parte es evidente la desconexión de gran parte de la población con la política. Y es que los intereses de sus señorías suelen ir, por lo general, en dirección opuesta a los de la ciudadanía. Alcorcón, con el Gobierno de PSOE y Podemos (esperemos que hasta mayo de este año) no es una excepción, desgraciadamente.

Sucede así que el Ayuntamiento de Alcorcón, estos días, está más preocupado por dar a conocer a la candidata del PSOE y actual concejala de Hacienda, Candelaria Testa, que por resolver problemas tan sensibles como la delincuencia. Es absolutamente impúdico y desvergonzado el uso de los perfiles oficiales del Consistorio para promocionar a la candidata socialista, que tiene como faro a Natalia de Andrés, la todavía alcaldesa condenada por la quiebra de la empresa municipal de vivienda (EMGIASA). Me da igual que me da lo mismo, como diría aquel.

Medios oficiales, sobre todo redes sociales, que pagan todos los vecinos de Alcorcón. Da igual que sean de izquierda, centro o derecha. Y para justificar tal ignominia, el propio Ayuntamiento ha anunciado la creación de una ‘Portavocía’ ostentada, cómo no, por Candelaria Testa. Dicen que para mejorar la transparencia y el buen gobierno de la ciudad. Un insulto a la inteligencia, toda vez que el portavoz del PSOE ha sido esta legislatura Daniel Rubio, el concejal de Seguridad que confunde la tasa de crímenes cometidos con el incremento de éstos.

Alcorcón se merece un Gobierno que revierta el incremento de la criminalidad, no un Ejecutivo que ‘celebre’ los datos del Ministerio del Interior. Un cambio que estará en manos de los vecinos en mayo de 2023

¿Va a atajar esta ‘Portavocía’ el incremento de la delincuencia? Absolutamente no. ¿Va a publicitar a la candidata del PSOE de aquí a las elecciones, porque a los socialistas solo les interesa el poder y creen que Alcorcón es su cortijo? Obviamente. Y mientras Ganar Alcorcón-Unidas Podemos, socio de Gobierno, a verlas venir. Si han consentido todos estos años su alianza con una alcaldesa condenada, aferrados a la poltrona alfarera, qué es otra raya más para un tigre descastado.

Y mientras manosean las instituciones municipales la delincuencia sigue a pie de calle. Está a la orden del día. Desde pandilleros campando a sus anchas por el centro de Alcorcón, hasta atracos de película de terror a una de las pastelerías más emblemáticas de la ciudad.

“Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho”, decía el padre de la ciencia ficción moderna, Isaac Asimov. Y esa tozuda realidad en la ciudad es la inseguridad que sufren los vecinos. Son datos objetivos del propio Ministerio del Interior. Son hechos abiertos a la interpretación, como todo en esta vida, pero es incontestable que la delincuencia sigue subiendo. En esta ocasión, un 14,2%. Alcorcón se merece un Gobierno que revierta este incremento de la criminalidad, no uno que lo ‘celebre’. Algo que estará en la mano de los vecinos de aquí a cinco meses.