Amán Hamoudi, junto a Candelaria Testa y Natalia de Andrés en las últimas elecciones municipales, donde fue apoderado del PSOE

Empezar una casa por el tejado suele acabar mal. Por los enchufes, ni que decir tiene. Nótese la paradoja de la locución, siendo literalmente imposible. Perogrullada aparte, igual de paradójico resulta apelar a la ética para justificar ciertos ‘enchufes’, cuando ésta brilla por su ausencia. En el argot político, por cierto, tampoco es muy conveniente edificar una gestión desde el enchufismo.

Hablamos de los dos flamantes fichajes eventuales del nuevo-viejo Gobierno de Alcorcón: el del hijo de la exalcaldesa y condenada por la quiebra de EMGIASA y el de una exconcejal del PSOE, también condenada por la gestión de la empresa municipal de vivienda. Compañía que la hoy regidora, Candelaria Testa, se propuso recuperar para los vecinos de Alcorcón, empezando, claro está, por los ‘amiguetes’ como Tatiana Ercolanese.

Concejala de Vivienda y Urbanismo y consejera de EMGIASA en tiempos de Enrique Cascallana, Ercolanese cayó en desgracia tras las primarias socialistas entre Tomás Gómez y Trinidad Jiménez. Las purgas acabaron con su renuncia “por motivos personales”, una vez fue degradada a Salud y Consumo. De ese paso por EMGIASA, en enero de 2022 fue condenada, como otros exconcejales socialistas, a tres años de inhabilitación para administrar bienes ajenos de titularidad pública y privada. Pero Alcorcón es más ancha que Castilla, y la actual alcaldesa la ha rescatado, pues ya dijo que quería recuperar la empresa municipal de la vivienda, si bien no dijo por dónde empezaría.

Las contrataciones como personal eventual del hijo de la exalcaldesa condenada por la gestión en EMGIASA y de una exconcejala del PSOE también condenada son injustificables

La mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo, y decir que este fichaje es ético es tomar el pelo a los vecinos. Es más sencillo apelar a la legalidad, ponerse el chubasquero y aguantar el chaparrón de críticas bien merecidas, pues no se entiende, en aras de la transparencia, un fichaje de este calado.

Como tampoco es justificable el de Amán Hamoudi de Andrés, hijo adoptivo de la exalcaldesa Natalia de Andrés. La exregidora dijo que se presentaría a la reelección, luego se desdijo y renunció, pero parece ser que dejó todo atado y bien colocado (o ‘enchufado’). En política, como casi todo en la vida, hay precios que pagar y Candelaria Testa, nueva en lides de Alcaldía, ha tenido que pasar por los primeros peajes para empezar a gestionar una casa, Alcorcón, cuyos cimientos no parecen del todo sólidos. Tampoco limpios, ya que de ética hablamos, pues ambos enchufes se huelen desde Dinamarca.

¿Dónde está la limpieza que se pregonaba en campaña electoral y se exigía en otros mandatos? Nótese la retórica de la pregunta en cuestión, como de la respuesta. Lo saben el Gobierno, vecinos e incluso votantes. Esto es injustificable y no se puede mirar para otro lado. Tampoco en ESMASA, donde el líder de Podemos sigue haciendo y deshaciendo a su antojo en materia de personal.

Surge otra pregunta: ¿Más Madrid está de acuerdo en todo este contubernio?