Tito Macio Plauto está considerado como uno de los grandes comediógrafos de la Roma Antigua. No es osado reconocer que también de la historia del teatro. De hecho sus obras, todavía hoy, siguen siendo adaptadas por las compañías teatrales. Sin embargo los comienzos, incluso para alguien como Plauto, siempre son duros.

Antes de su éxito, Tito Macio fue legionario, pasó penurias y rozó la pobreza más cruda. Incluso, según cuenta la leyenda, a punto estuvo de no probar las mieles del triunfo en su primer estreno por culpa de los alborotadores de entonces.

En la antigua Roma, las compañías de teatro contrataban zaragateros y bulliciosos para hundir los estrenos de otras compañías rivales

Según la tradición de los comienzos del teatro en Roma, las compañías solían montar cuadrillas compuestas por zaragateros, bulliciosos y díscolos tramoyistas que se camuflaban entre el público y trataban de reventar con abucheos, insultos y otras algarabías las obras de las compañías de teatro rivales. A Plauto le pasó algo parecido en el estreno de la Asinaria. Y así lo recoge de forma espléndida Santiago Posteguillo en su obra Africanus, el hijo del cónsul. Sin embargo el estreno se sobrepuso a la bulla, fue un éxito y el resto es historia de la humanidad.

Hoy estos zaragateros que trataron sin fortuna lapidar la carrera de Tito Macio Plauto no se esconden entre el público. Al revés, van a pecho descubierto. Eso sí, aprovechándose, según su condición, del cargo que ostentan. Muy bien remunerado, por cierto, y con dinero público.

Hoy, como decimos, esos zaragateros son concejales. Y en el caso de Alcorcón hay uno especialmente “sobresaliente” en cumplir este papel. Se trata de Miguel Ángel González García, edil del PSOE y representante de los socialistas en ESMASA, donde se le conoce fundamentalmente por bloquear todas las propuestas que llegan al Consejo de Administración y que van encaminadas a mejorar la degradada limpieza de Alcorcón. Que cada uno saque sus conclusiones sobre los intereses que le mueven para adoptar estos postulados en ESMASA.

Miguel Ángel González es más conocido en Alcorcón por armar constante bulla en los plenos y en ESMASA que por su trabajo de concejal del PSOE

Más allá de su postura, Miguel Ángel González destaca, como decimos, por encarnar ese traje de zaragatero que armar bulla allá por donde pasa. Por ejemplo, alentando a las masas contra el alcalde cuando la Policía Local pide educadamente a los socialistas que cierren la caseta en fiestas para no sobrepasar el horario establecido por la ordenanza. O insultando directamente a David Pérez en cada Pleno, encarándose incluso en el acto en recuerdo de las víctimas del Holocausto. Y ahora le suma un nuevo escándalo: denunciado por un trabajador de ESMASA por presunto “acoso laboral continuado”.

La Inspección de Trabajo decidirá en último término sobre esta cuestión. Pero lo que es cierto es que Alcorcón no se merece este tipo de concejales que lejos de construir están más por la destrucción. No se mueven por el interés del municipio ni su prosperidad, sino por el de armar escándalo y ruido, llevando al límite de lo soportable la convivencia entre diferentes. Miguel Ángel Gónzález debería recapacitar, moderarse y dejar a un lado ese papel de zaragatero para ser simplemente concejal. Condición por la que le pagan los vecinos. Y muy bien, por cierto.