ayuntamiento de getafe

Decía el filósofo y estadista británico, Sir Francis Bacon, que “el dinero es como el estiércol: no es bueno a no ser que se esparza”. En un Ayuntamiento ocurre lo mismo. El dinero debe distribuirse por los distintos departamentos para que la máquina -la ciudad- bien engrasada, funcione en su conjunto. Es decir, que el reparto del dinero de forma equitativa y prestando atención a aquellos sectores que más lo necesitan, hará funcionar mejor o peor una ciudad. Siempre dependerá de la calidad y altura de mira de sus gobernantes.

En Getafe, por ejemplo, llama la atención como para algunos cometidos el Gobierno de Sara Hernández es tremendamente dadivoso. Sobre todo en materia de propaganda y publicidad. Vamos, en eso conocido como el autobombo, que es lo que le gusta a la alcaldesa. Mostrarse espléndida en esta materia. Y para ello, los casi 700.000 euros que contempla el borrador de Presupuestos para 2018. Un documento que Ahora Getafe está dispuesto a apoyar y respaldar siempre que se le dejen las migajas de sus diez propuestas. Y lo mismo ocurrirá en LYMA, la empresa municipal de limpieza, que contempla en su Plan de este año un aumento en propaganda del 30% con respecto al año anterior. Ya de cómo estén las calles, si más o menos sucias, nos ocuparemos mañana. Lo importante es la imagen de la empresa, no de la ciudad. Para eso siempre habrá dinero.

El informe de Tesorería del Ayuntamiento habla literalmente de deficiente gestión de los trámites para la aprobación de facturas

Esta fiesta propagandística puede entenderse, incluso aceptarse por buena, teniendo en cuenta que Getafe, a día de hoy, tiene remanente de Tesorería de sobra. Esto es, hay dinero, hay ahorros, se ha reducido la deuda, y las arcas lucen vigorosas. Pero hete aquí que no se refleja, por ejemplo, en el pago a proveedores. Y no lo decimos nosotros, sino la propia Tesorería del Ayuntamiento en un demoledor informe fechado el 19 de enero de este año. El documento esboza como el Ayuntamiento, con las cuentas saneadas insistimos, paga a sus proveedores en un periodo que dobla lo que la Ley exige.

Y el informe habla literalmente de deficiente gestión de los trámites para la aprobación de facturas, llegando a avisar de que esto se puede agravar si se paraliza el crecimiento económico. Y, además, pide al Gobierno local que entre en el siglo XXI y realice en condiciones una informatización del procedimiento.

El ahorro está bien. De hecho es necesario. Igual que reducir deuda y controlar el gasto público. Sin embargo no se entiende que para ciertas cuestiones haya manga ancha al despilfarro y, en cambio, a los proveedores se les corte el grifo. Sobre todo cuando queda constatado que hay dinero, se puede pagar mejor y evitar que la ciudad caiga en un estado de parálisis que al final sufrirán todos los vecinos.

Así que señora Hernández espabile. Se lo dice la propia Tesorería del Ayuntamiento. No el suyo, sino el de todos los getafenses. Los proveedores, autónomos, empresas grandes, pequeñas y medianas no se merecen su falta de miras y tienen que seguir trabajando, tal y como debería hacer su Gobierno para solventar este déficit político.