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Los Presupuestos de Leganés, el gran examen del alcalde Santiago Llorente desde que llegará a la Alcaldía en 2015 como la fuerza política más votada. Más de tres años de legislatura y el regidor pepinero se ha visto imposibilitado de sacar adelante unas cuentas que redunden en beneficio de los vecinos.

Echando la vista atrás, hay que recordar que Leganés sigue gobernada por un Presupuesto prorrogado desde el año 2014. El último del exalcalde Jesús Gómez, que aprobó por Junta de Gobierno y que todavía sigue vigente, a pesar de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) lo tumbó. El Ayuntamiento recurrió y el Tribunal Supremo tiene la última palabra. Dos cosas pueden suceder. Primero, que el Supremo siga la senda del TSJM y mantenga la nulidad del Presupuesto de 2014. O segundo, que le dé el visto bueno y aquí paz y después gloria.

Si el Supremo confirma la nulidad del Presupuesto de 2014, la situación sería catastrófica para Leganés, que se regiría por las cuentas de 2012

Si ocurre la primera hipótesis, la situación puede ser catastrófica para Leganés, ya que las cuentas vigentes serían las de 2012. ¡Hace seis años! Una decisión terrible. Quizá por eso el alcalde, en un órdago a la grande, ha anunciado que, tras casi cuatro años de bloqueo constante de la oposición, negociará unos nuevos Presupuestos para la ciudad de cara al mes de septiembre. Empezó hablando para ellos con los ediles de Leganemos y Ciudadanos, los elegidos en un principio como compañeros de baile de Santiago Llorente.

¿El problema? La cara de poema del portavoz de Leganemos cuando escuchó en el Pleno el anuncio del alcalde. Ese barco, por ahora, tiene toda la pinta de no llegar a buen puerto. Pero hasta que eso ocurra, bienvenido sea el paso adelante de Llorente.

Porque lo que es cierto es que no se puede vivir a base de modificaciones presupuestarias. Eso significa un fracaso político y democrático de envergadura. La cosa ha funcionado mientras el PP ha tendido la mano floja y ha ido apoyando cada una de las propuestas. Pero a menos de un año de las elecciones municipales, los populares han cerrado el grifo, con lo que la situación se ha hecho insostenible.

La jugada de Santiago Llorente parece la más prudente, ya que va a servir para que muchos de los concejales se retraten en los Presupuestos

Todavía quedaría otra alternativa. La de bailar con la más fea -o el más feo, por eso de la igualdad, no vaya a ser que arrase esa ola de puritanismo-. Y es que Llorente mirara a ULEG, que lleva meses anunciando su voto inicial a los Presupuestos. Como punto de partida está bien, pero la letra pequeña de Pactar con el Diablo todos la conocemos. Primero te concede el deseo, pero después te traga tu alma, tu credibilidad y engulle tu futuro. El regalo envenenado de ULEG huele a la legua. Un sí al principio, pero después… Harina de otro costal.

Con lo cual la jugada de Santiago Llorente, de anunciar la presentación de un presupuesto a partir de septiembre, parece la más prudente hasta el momento. Al menos va a servir para retratar a muchos de los concejales que continúan viviendo a la sopa boba del erario público. Se van a tener que significar de cara a un Presupuesto que se antoja para la eternidad, viendo el panorama político y la división que existe en el Pleno.