Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, dejó para la posteridad una de esas frases que, pese a ser una obviedad de principio a fin, pasan a la historia precisamente por eso. La locución que todavía hoy se recuerda reza aquello que: “En este mundo no se puede estar seguro de nada, salvo de la muerte y los impuestos”.

Es verdad que la muerte, tarde o temprano, nos llega a todos. Más rápido o más lento, el fin espera a la vuelta de la esquina. No hay quien pueda salvarla. Hacienda en cambio, cuando viene con la bolsa de recaudación, no llega a todos por igual. Hay quien con una serie de artimañas logra esquivarla. Pero en su inmensa mayoría, a todo hijo de vecino le toca pasar por caja y pagar. Siempre, claro, en consonancia con sus posibilidades económicas. Ahí no hay discusión alguna. Y en todas las democracias occidentales la progresividad fiscal es una obligación.

En todas las democracias existe la progresividad fiscal, pero el debate está en dónde van a parar los impuestos de los ciudadanos

El debate, pues, entraría en el seno de a dónde van a parar esos impuestos. En qué repercute a la postre para el vecino más o menos carga fiscal, toda vez que estos días esta llegando a nuestros hogares el recibo del IBI -una vez que ya hemos abonado el famoso numerito del coche-. Estas preguntas -y aún habría más- abren un interesante debate donde, desgraciadamente, es fácil caer en la demagogia. Un debate donde cada partido político arrima el ascua a su sardina y más todavía cuando queda exactamente un año para las elecciones municipales.

La cuestión de los impuestos ha vuelto abrirse con fuerza recientemente a raíz de la publicación de un estudio de la Agencia Tributaria del Ayuntamiento de Madrid que analiza la carga impositiva de los 20 municipios con más de 50.000 habitantes de la Comunidad de Madrid. Un informe donde, por ejemplo, Fuenlabrada aparece como la primera ciudad con un Impuesto de Actividades Económicas (IAE) elevado y la tercera en impuesto conocido como numerito del coche. En cuanto al IBI, de actualidad estos días, Fuenlabrada aparece en el número 12, por debajo de la mitad. Compensa así su posicionamiento frente a los otros dos impuestos.

Fuenlabrada es una de las ciudades con mayor agenda social y menos deuda, pero también con una elevado IAE y con menor renta per cápita

La oposición ha aprovechado para cargar contra el Ejecutivo por el elevado IAE que espanta a las empresas y no permite la creación de negocio. Este se ha defendido argumentando que solo lo pagan las compañías que facturan más de un millón de euros. Aludiendo además a que Fuenlabrada es una de las ciudades con mayor cobertura social. Ahí están las becas al estudio en todos los niveles educativos, por ejemplo. Así como que Fuenlabrada es una de las ciudades de todo el país con menos deuda. Pero a la vez es una de las ciudades con menor renta per cápita.

Así que argumentos para defender una postura socialista -la que ha triunfado siempre en Fuenlabrada- o liberal hay todos los que se quiera. Sin entrar en la demagogia de los partidos políticos, que para eso sí se ponen de acuerdo, desde aquí les servimos en bandeja las variables para que usted, vecino y votante, sopese de qué lado está. Dentro de un año deberá haber tomado la decisión de qué camino seguir. Pero mientras no olvide que la muerte y los impuestos acechan al otro lado de las urnas.