La seguridad vial no es un juego. Implica a todas las administraciones -local, regional y nacional- y ciudadanos garantizar una seguridad en la circulación y, sobre todo, en la libertad de movimientos del peatón, ese gran vulnerable cuando en su camino se cruza un vehículo que no respeta las normas de circulación.

Hoy la seguridad vial en Arroyomolinos está en peligro, como la vida de sus vecinos. Y los datos son escalofriantes para un municipio de 30.000 habitantes y en constante crecimiento. En menos de un mes, han muerto dos mujeres atropelladas cuando cruzaban sendos pasos de cebra en la avenida de la Unión Europea. Dos vidas segadas. Dos vidas cortadas de raíz por no respetar las normas básicas de circulación.

En menos de un mes han muerto atropelladas en Arroyomolinos dos mujeres mientras cruzaban sendos pasos de peatones

Estas trágicas muertes han supuesto una oleada de indignación entre los arroyomolinenses, que han expuesto sus experiencias al borde de la muerte por hacer algo tan cotidiano, tan básico, como pasear y cruzar un paso de cebra. De hecho recientemente otro joven era atropellado en la rotonda de las tinajas aunque, afortunadamente, no fue grave el suceso. Otro caso más, sumado a los dos siniestros y a los relatos de los vecinos que hacen evidente el problema de seguridad vial que sufre Arroyomolinos hoy. Una cuestión que debe ser la prioridad del Ayuntamiento.

Por eso el alcalde en persona iba respondiendo -en la medida de lo posible- uno a uno a los vecinos recordando la instalación de badenes, avisadores, repintado de pasos de cebra e incluso un radar móvil que se instalado en los últimos meses en el municipio. Medidas que parecen insuficientes a la vista de todos los atropellos.

Hay que reconocer la actitud del regidor en dar la cara ante el pánico y el cabreo de los vecinos. Pero no vale con dar explicaciones. El alcalde, si está en su mano y la de su Gobierno, debe presionar lo que haga falta y a quien haga falta para que las calles de la localidad sean lo más seguras posibles. Que pasear por Arroyomolinos sea algo apacible y no una cuestión de muerte probable.

Además de todas las medidas urbanísticas necesarias, hay que invertir en educación y en respetar el código de circulación

Y es que además de todas la medidas urbanísticas, necesarias por otro lado, conviene poner en marcha planes de educación y concienciación. Planes que involucran a todas las administraciones y a las que, reiteramos, hay que presionar para que tomen cartas en el asunto.

Ya decía Aristóteles que “la educación es un ornamento en la prosperidad y un refugio en la adversidad”. Y desde luego que ser peatón, actualmente en Arroyomolinos, es una adversidad de proporciones bíblicas. Por eso es importante invertir en educación. Parar un momento -y más en un paso de peatones- respetar a quien cruza y al vecino.

La circulación tiene reglas. Hay que cumplirlas. La administración tiene sus competencias y sus obligaciones. Pero los conductores también. No se puede circular a más de 80 km/hora cuando está limitado a 30 o 40. Y Los peatones deben estar siempre atentos a la calzada. Está en juego la vida. Y una vida, desgraciadamente, no es para siempre.