Objetos en los que se introduce droga en la cárcel

Domingo, 23 de abril. En el Departamento de Comunicaciones del Centro Penitenciario Madrid III de Valdemoro, un familiar entrega un bolsa de ropa en ventanilla para un interno del Módulo 9, donde se congregan los presos más problemáticos del centro.

Los funcionarios de servicio (dos hombres y una mujer) proceden a revisar la bolsa siguiendo el protocolo de costumbre. Y en la revisión encuentran cuatro barritas de hachís metidas en un papel, escondido entre la ropa. En total, 20 gramos de esta sustancia que son inmediatamente incautados.

La profesionalidad de estos funcionarios, nuevamente, ha impedido que entre droga en la cárcel y han desbaratado los planes del interno y, probablemente de algunos de sus compañeros, de traficar con ella en el centro.

El método de introducir el hachís era, por decirlo de alguna manera, bastante tosco. Había demasiadas posibilidades de que una inspección rutinaria la detectase.

Por eso, los métodos de introducción de droga en el penal son mucho más sofisticados. Y porque los hijos del mal son muy creativos para sus cosas. En la galería de imágenes que acompaña a este reportaje se pueden ver algunos de los métodos que los familiares de los internos utilizan para introducir la droga en la cárcel, cada cual más sofisticado.

La suela de los zapatos es uno de los recursos más utilizados. Por eso, unas zapatillas para que el interno esté calentito en invierno pueden ocultar unas cuantas porciones de alguna sustancia prohibida. Y por eso son objeto de especial atención por parte de los funcionarios.

Aunque también puede estar escondida la droga en el interior de una radio, un reloj, un mechero o, incluso, un marcador.

En cualquier caso, la estrella de estos escondites son los teléfonos móviles. En 2022 se incautaron en las prisiones de España 2.872 móviles. Actualmente la media en las prisiones españolas es de cerca de diez teléfonos móviles al día incautados.

El 90% de ellos son mini móviles de plástico, que son muy difíciles de detectar por los arcos eléctricos y el escáner. Y además son aparatos que se pueden adquirir en plataformas online o en tiendas legales a un precio muy económico.

La droga, a pesar del esfuerzo de los funcionarios y de los medios técnicos de control, sigue entrando en las prisiones españolas y causando problemas como el vivido el pasado viernes, 16 de junio, en la cárcel de Valdemoro cuando se produjo un plante de los internos del Módulo 9 que tuvo durante varias horas en vilo al centro.

Los motivos del plante tenían que ver con el control del tráfico de drogas en la cárcel y puso en riesgo la vida de funcionarios e internos.

Los funcionarios reclaman medios, recursos, formación, y la condición de agente de la autoridad

Sobre los funcionarios del Departamento de Comunicaciones e Ingresos de los centros penitenciarios cae la responsabilidad de detectar e incautar los objetos en los que los familiares de los internos intentan introducir droga en la prisión. Para el consumo propio del interno, pero también para el tráfico en la prisión.

“De ahí la importancia de todos los cacheos que se hacen diariamente a los internos y requisas de celdas, al igual que dependencias”, asegura Sergio García, delegado de CSIF Prisiones en los centros de Valdemoro y Estremera.

García recuerda que los funcionarios en el Departamento de Comunicaciones e Ingresos hacen la misma labor de seguridad que un guardia civil, un policía o un vigilante de seguridad en un aeropuerto para el control e incautación de droga.

Pero hay una notable diferencia, “ellos tienen medios, recursos, formación y la condición agente de la autoridad. Nosotros no tenemos esta condición”.