
Colores aparte: ¿alguien quiere que sus hijos beban alcohol?
¿Alguien ha matado, pegado, insultado o cometido algún hecho atroz o sin que llegue a ser atroz, feo, por haberse fumado un pitillo o un paquete de cigarrillos o en el extremo más radical y seguramente imposible un cartón en una noche? Formulemos la misma pregunta cambiando ‘tabaco’ por ‘alcohol’.
Parece una exageración innecesaria llegar a plantear semejante cuestión y no dudo que habrá quien lo considere demagogia, pero igual es hasta necesario, visto lo a la ligera que nos tomamos las políticas que intentan proteger a los menores del alcohol y su uso indebido (otro debate sería si es que realmente hay un uso ‘debido’).
Dejemos ideologías y colores aparte: ¿alguien quiere que sus hijos beban? Y por descontado: ¿alguien quiere que sus hijos fumen? La respuesta es no, y lo suyo sería que igual de tajantes que nos ponemos con el tabaco lo hagamos con el alcohol. Es más, empieza a resultar urgente.