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Las elecciones municipales de este 26 de mayo han sido un baño realidad para los municipios del sur de Madrid. Las urnas han hablado. Y además: alto y claro. El PSOE es la fuerza hegemónica en la mayor parte de los municipios. Arrasa en Fuenlabrada, con un imparable Javier Ayala; aumenta en votos y concejales en Getafe, con Sara Hernández como alcaldesa. Y recupera Alcorcón y Pinto. Salvo en Humanes y Arroyomolinos, donde gana el PP; y Griñón y Serranillos, que triunfan formaciones independientes, el cinturón rojo vuelve a ser una realidad ocho años después.

Esos independientes, sin embargo, se pegan un buen batacazo en Leganés, donde pierden más de 5.000 votos y dos concejales con respecto a 2015. Hablamos de ULEG, que encaraba estos comicios con ínfulas y vendiendo unas encuestas de medios afines que ni ellos mismos se creían. En cambio desprestigiaban las de este periódico, elaboradas por Sigma Dos, que han calcado prácticamente el resultado. Toma baño de realidad y verdad.

Pero volvamos a esa vanidad. A esa soberbia y poca humildad de un partido que había llenado de vallas la ciudad un año antes de los comicios de este domingo. ULEG se presenta a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento de Madrid para que el Tribunal de Cuentas le permita aumentar el gasto en publicidad electoral, pese a que su lugar de acción es exclusivamente Leganés. El desgaste del PP a nivel nacional y la división de Podemos-Leganemos también estaba a su favor. Pero ni por esas.

La ciudadanía ha dicho basta en las urnas. Basta de insultos, de colapsar los juzgados. Basta de reírse de las instituciones y de los adversarios políticos. De mofarse del contrario. En definitiva: basta de Carlos Delgado Pulido

Por quintas elecciones consecutivas -va camino de estar 20 años en política-, Carlos Delgado Pulido se la pega en las urnas y lo que es peor, deja al partido en franco retroceso y la imagen de un proyecto agotado.

¿Qué afiliados y militantes dejan que su marca política sea liderada por un político que fracasa una y otra vez en su intento de llegar a la Alcaldía? ULEG, bajo esta premisa, debería pedir la dimisión de Delgado. Que entre aire nuevo. Un cambio. De no ser así, queda demostrado que la ciudad, a este político profesional llamado Carlos Delgado Pulido, le importa un bledo y está única y exclusivamente para seguir ganando esos 60.000 euros al año que bien valen enfrentarse a todos y todas por un puñado de dólares.

La ciudadanía ha dicho basta. Basta de insultos. De faltar el respeto a quien no piensa como tú. Basta de poner motes y tratar de ridiculizar al oponente constantemente. De desprestigiar sobre un púlpito y de reírse de las instituciones y las comisiones de investigación. Basta de obstaculizar el progreso de la ciudad y colapsar los juzgados. En definitiva, basta de Carlos Delgado Pulido. ULEG tiene que cambiar. Leganés, como otras tantas ciudades, necesita de un partido realmente independiente y no de una especie de cortijo sometido a la voluntad de un líder. Esa tiranía se ha acabado.

Los vecinos no quieren más casos Almagro. No quieren la política embarrada y sin proyecto. Eso vale para ULEG y para el resto de formaciones que retroceden en favor del PSOE. Reflexionen, hagan autocrítica, suelten lastre o acabarán en el olvido.