Rafael Pinto

Hace apenas unos días, concretamente el 1 de enero, se cumplía el 125 aniversario del nacimiento de una de las leyendas del cine: John Ford. Y en su vasta filmografía encontramos una película, El joven Lincoln, que más allá de tener como protagonista a un descomunal Henry Fonda, nos presentaba la figura de un político llamado a cambiar el mundo.

Apenas hay registros sobre los primeros años del que fuera a ser decimosexto presidente de los Estados Unidos. La película sirve de aproximación a los valores e ideales de un hombre que hizo de ellos todo un dogma dentro de la política norteamericana y mundial. Entre las frases destacadas, Lincoln dejó para la posteridad aquella de: “Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”.

Decía Abraham Lincoln que “se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”

Particularmente en Pinto, esta locución debería estar presente en las Juntas de Gobierno presididas por Ganemos Pinto tras casi cuatro años llevando las riendas del municipio. Tras la decisión de Podemos de abandonar este proyecto de cara a las municipales de mayo, ya recordábamos en estas mismas líneas que Ganemos estaba prácticamente hundido, si bien el partido hacía mucho tiempo que había entrado en barrena.

Durante estos años hemos ido contando la crónica de un naufragio anunciado. Pero si hay que buscar el momento exacto en el que el segundo partido más votado de Pinto chocó contra el iceberg que ha acabado por llevar a pique a la confluencia, ése no es otro que la externalización de Pintogym en 2017, a mitad de legislatura. Cierto que Ganemos ya había incumplido desde el minuto uno varias de sus promesas, pero este momento ha sido el punto de inflexión para muchos vecinos que se han quitado la venda de los “defensores del pueblo”.

De hecho el movimiento contra esta externalización nació directamente de las entrañas de Ganemos, como tantas otras quejas que pesan sobre varios concejales. Y todavía hoy colea, pues la oposición sigue reclamando expedientes que el Gobierno local, al parecer, no entrega, pese a que trate de dar carpetazo al asunto con el anuncio de una nueva licitación que puede lastrar el futuro del municipio.

Con una nueva licitación del antiguo Pintogym, a Rafael Sánchez le ha entrado el mal del estudiante que deja los deberes para el final

Otra herencia que se antoja nociva, como la de remunicipalizar el servicio de limpieza. Dos medidas que el alcalde y su partido se sacan de la manga a última hora y con prisas. En clara minoría y sin contar con la oposición, que representa a más de la mitad de los pinteños. A Rafael Sánchez le ha entrado el mal del estudiante que deja los deberes para el final. Pero como decía Lincoln y volvemos a reiterar: “Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”.

El respetable es más inteligente de lo que su Gobierno municipal cree. Sabe lo que han sido estos años: conflictos donde no los había, proyectos sin ejecutar por la desidia del Ejecutivo, malestar en la danza, el deporte, las actividades extraescolares, los mayores, taurinos y un tradicional votante de izquierdas engañado por Ganemos Pinto, y al que ahora mismo solo le queda la esperanza del PSOE liderado por Diego Ortiz.