Se suele atribuir al presidente del Consejo de Ministros de España -lo que hoy conocemos como el presidente del Gobierno-, Antonio Maura, que lo fue hasta en cinco períodos distintos, la frase: “Yo, para gobernar, no necesito más que luz y taquígrafos”. Cierto que no está claro si fue Maura quien la acuño, pero sí hay consenso sobre que fue el expresidente quien la popularizó en su tiempo y ha llegado inmaculada hasta nuestros días.

Igual de impoluta que debe ser la gestión de un Ayuntamiento como el de Fuenlabrada que, es verdad, hasta que no se demuestre lo contrario así es. Sin embargo recientemente afloran diversos asuntos que llaman, cuanto menos, la atención y requieren por parte de la política fuenlabreña -quién sabe si también la justicia- la famosa luz y taquígrafos del presidente Maura.

Dijo el presidente Antonio Maura: “Yo, para gobernar, no necesito más que luz y taquígrafos”, más necesarios que nunca en Fuenlabrada

A principios de este 2019, en enero, el PP denunció ante los medios de comunicación la presunta corrupción urbanística de una permuta de terrenos municipales en el año 2006 realizada a través de un convenio urbanístico. Ciudadanos, Ganar Fuenlabrada y los dos concejales no adscritos se sumaron para pedir la creación de una comisión de investigación que, sin embargo, fue rechazada por la mayoría del PSOE y el concejal de La Izquierda Hoy, Óscar Valero. A pesar del varapalo político, el PP local insistía en que llevaría a los Juzgados el asunto, aunque a día de hoy todavía no ha dado el paso.

Dos meses después de la noticia, ahora otro convenio urbanístico por el que se cedió una parcela del Patrimonio Municipal del Suelo para la construcción de un colegio privado en Fuenlabrada salta a la palestra. El primer convenio data del año 1989 y el beneficiario se comprometía a pagar únicamente los gastos de urbanización. Plazo que expiraba en 1994. Sin embargo, en 1996, todavía adeudaba al Ayuntamiento una cantidad pendiente más intereses. E incluso un informe de Urbanismo señalaba que la operación no se circunscribía en un convenio urbanístico al uso, sino una venta de terreno pura y dura.

Las comisiones de investigación sirven para que los partidos políticos hagan un ejercicio de democracia y muestren transparencia

A pesar de todo, en el año 2008, se firmaba otro convenio urbanístico por el que se transmitía nuevamente al colegio, ya construido, una nueva parcela pública por la cantidad similar a la que el centro debía en los años noventa, y sin tener en cuenta los intereses legales ni los hipotéticos intereses de demora, como se explican en páginas sucesivas a ésta.

De ello se deriva, como mínimo, una explicación política que podría darse, por ejemplo, a través de una comisión de investigación. Este tipo de comisiones sirven para que los partidos políticos, que para eso va en el sueldo, hagan un ejercicio de democracia y muestren la transparencia de la gestión a la que están obligados. En algunas comisiones, como por ejemplo en Leganés, sirven además para retratar a los partidos como ULEG que se disfrazan de honestos cuando son todo lo contrario.

Sea como fuere, el espíritu de Maura, su luz y taquígrafos, son más necesarios que nunca en Fuenlabrada. Ya van dos ocasiones para que las instituciones ejerzan el papel que les corresponde. Esperemos que no haya que recurrir a una tercera.