Un 8-M pasado por agua olvida a Errejón, a Monedero, a Ábalos, al Tito Berni y, en general, a todos los machistas de izquierdas

La manifestación del 8-M que recorría en la mañana de ayer las calles del centro de la capital ha contado con mucha menos participación que otros años.

La intensa lluvia que acompañó a los manifestantes ha sido la primera causa de la baja participación en la manifestación del 8-M celebrada este sábado en Madrid. Pero también los últimos casos conocidos de comportamientos machistas por parte de líderes de izquierdas han causado desánimo y vergüenza en un colectivo habitualmente motivado y combativo que se siente traicionado.

Las pancartas, los lemas, los cánticos y la algarada eran los de siempre, pero solo aparentemente. La intención parecía la misma pero el resultado era casi quejumbroso y deprimente. No es fácil defender una causa cuando quienes la han liderado resultan ser sus máximos traidores. Y no es fácil movilizarse y quedarse con las ganas de denunciar a los que tuvieron comportamientos tan hipócritas.

Por supuesto que no faltaron los enganchados a la pancarta, aunque en esta edición la esposa del presidente Sánchez no quiso dar la cara y se abstuvo de acudir a la que venía siendo su cita anual desde que su esposo es presidente. Tampoco el ministro Grande Marlaska, otro habitual de estos festejos, se dejó ver. Probablemente sigue convaleciente de una infección bacteriana que lo tuvo apartado de sus deberes en la última semana.

Ministras, ministros y ex ministra detrás de la pancarta

Pero las imágenes del telediario nos permitieron ver a la ministra de Igualdad, Ana Redondo; la de Transición Ecológica, Sara Aegesen; esos dos ministros que comparten nombre y desahogo, Óscar López y Óscar Puente; y la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid y ex ministra Reyes Maroto (todos ellos en la imagen).

La portavoz de Sumar en la Asamblea de Madrid, Manuela Bergerot, ha reconocido que «ningún espacio social está libre de violencias machistas». Lo cual le honra, porque reconocer que ha estado rodeada de ‘machirulos’ no es fácil, y en su formación los ‘machirulos’ son muy líderes y muy ‘machirulos’.

El Partido Popular envió a la vicesecretaria de Igualdad, Conciliación y Política Social, Ana Alós; y al portavoz de Igualdad del PP en el Congreso, Jaime de los Santos; a atender a los medios en la puerta de donde Jessica Rodríguez disfrutó de un piso de lujo en la Plaza de España, “cerca de Ferraz y de la facultad”, según confesó al juez, para denunciar la hipocresía de los Ábalos, Errejón o Monedero.

“Desde que Pedro Sánchez es presidente, la lucha feminista ha sido dinamitada porque él y sus socios se han aprovechado de una batalla histórica que nos ha traído hasta hoy, hasta ser uno de los países más igualitarios del mundo, únicamente con fines electorales. Y, mientras nos daban lecciones, mientras defendían la abolición de la prostitución, muchos de sus cargos seguían violentado a mujeres”, afirmó De los Santos ante los medios.

Y la mañana acabó en la Plaza de España, las feministas entonando sus cantos y danzando sus hakas y batukadas, los políticos y las políticas refugiadas y refugiados en esos bares tan madrileños que rodean la plaza, y la ciudadanía empapada de mentiras, de hipocresía, de lemas que no dicen nada y de una lluvia pertinaz e intensa que auguraba este fin de semana triste en la Comunidad de Madrid pero un campo florido y hermoso en las próximas semanas. Jana se llama la tormenta.

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